A pocos días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la competencia entre Kamala Harris y Donald Trump se mantiene extremadamente reñida. Según los últimos promedios de predicciones, el candidato republicano Trump es considerado ligero favorito, con un 55% de probabilidades de ganar, mientras que Harris, la candidata demócrata, conserva un 45% de opciones de alzarse con la presidencia.
Durante las últimas semanas, la tendencia se ha movido levemente a favor de Harris, quien en un inicio llegó a liderar por tres puntos en las encuestas nacionales. Sin embargo, ese margen se ha reducido a solo uno o dos puntos. Pese a este descenso en los sondeos generales, los demócratas ven una señal positiva en que la pérdida no se ha reflejado de manera significativa en los Estados clave, donde la competencia sigue siendo cerrada.
Los Estados clave, que incluyen territorios como Pensilvania, Wisconsin y Míchigan, son fundamentales para obtener los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia. Actualmente, Harris cuenta con 226 votos electorales probables o seguros, mientras que Trump suma 219. Los 93 votos restantes pertenecen a los Estados que definirán el resultado final, como Arizona y Carolina del Norte.
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En Pensilvania, considerado uno de los territorios más decisivos, Harris ha mostrado una leve mejoría, aunque su ventaja sigue siendo mínima. Trump, por su parte, lidera en Estados como Arizona y Georgia, pero con márgenes reducidos que podrían cambiar con un pequeño movimiento en el electorado.
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La situación en Carolina del Norte es particularmente interesante, ya que ha pasado de mostrar una ligera ventaja para Trump a ser uno de los focos de atención para los demócratas. Una victoria de Harris en este Estado podría significar un cambio decisivo en el resultado final.
Las proyecciones siguen siendo inciertas, con escenarios que van desde una victoria ajustada de cualquiera de los candidatos hasta una posible victoria amplia en caso de que algunos Estados clave cambien de color en la noche electoral. Las próximas horas serán cruciales, ya que los votantes y analistas esperan con atención el desenlace en un proceso que podría definirse por un pequeño número de votos electorales, tal como ocurrió en 2016 y 2020.
Fuente: El País
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