El Ministerio de Justicia ha puesto en marcha una histórica transformación del sistema penitenciario nacional al iniciar la separación efectiva entre personas condenadas y procesadas, cumpliendo así con un compromiso largamente postergado en materia de derechos humanos.
La implementación de esta medida comenzó en dos centros penitenciarios clave: la Penitenciaría Regional de Emboscada “Padre Antonio de la Vega” y la Penitenciaría Regional de Misiones, donde se ha procedido a una reorganización sistemática de la población carcelaria con el apoyo del Programa de Transformación Integral (PTI).
En la Penitenciaría “Padre de la Vega”, más de 180 personas condenadas han sido reubicadas en el pabellón E Alta, establecido específicamente para este fin. Por su parte, la Penitenciaría Regional de Misiones ha destinado el pabellón D Alta para alojar a 153 personas que cuentan con condena firme.
Esta reorganización contempla también espacios específicos para nuevos ingresos, designando el pabellón A Alta Admisión para quienes ingresan por primera vez al sistema penitenciario, mientras el pabellón D Baja recibe a personas en proceso judicial.
La separación representa un avance significativo en la prevención de la captación de personas procesadas por grupos criminales que operan dentro de las cárceles, contribuyendo así a romper ciclos de criminalidad y fortaleciendo la seguridad interna de los establecimientos penitenciarios.
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El nuevo sistema facilita la implementación de programas de rehabilitación específicos para cada grupo, permitiendo un tratamiento más efectivo y personalizado según la situación jurídica de cada interno, además de garantizar el respeto al principio de inocencia de los procesados.
El Programa de Transformación Integral continúa respaldando esta iniciativa, que busca expandirse progresivamente a todas las penitenciarías del país, estableciendo un precedente en la modernización y humanización del sistema carcelario.
Fuente: Judiciales.net
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