El reciente proyecto de autoaumento de G. 39.500 millones (aproximadamente USD 5,2 millones) propuesto por los legisladores en el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2025 ha generado una ola de críticas, especialmente al compararlo con el presupuesto destinado a Salud Pública en el Alto Chaco. Esta región, una de las más desatendidas de Paraguay, cuenta con apenas G. 15.181 millones (USD 1,9 millones) asignados para todo el próximo año.
El presupuesto detallado para la XVII Región Sanitaria del Alto Chaco incluye G. 12.884 millones para servicios personales, que cubren sueldos y contrataciones, y apenas G. 288 millones para servicios no personales como alquileres, viáticos y otros gastos. Para bienes de consumo e insumos, la asignación es de G. 2.008 millones, lo que incluye un presupuesto de G. 90 millones para combustibles durante todo el año, un promedio de G. 7.500.000 por mes.
La comparación entre la inversión en salud para el Alto Chaco y el autoaumento de los parlamentarios es indignante. La cifra destinada a los beneficios parlamentarios supera en más del doble la inversión planificada para esta región, conocida por la falta de especialistas y el acceso limitado a servicios médicos de calidad. Los datos muestran que la restitución de los beneficios, que incluye un cupo de combustible mensual de G. 5 millones y un seguro médico VIP de G. 1.100.000 para cada legislador, representa un gasto anual de G. 9.150 millones (USD 1,2 millones).
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Además de la situación en el Alto Chaco, existen otros programas de Salud Pública que recibirán presupuestos menores al autoaumento propuesto. El Instituto Nacional de Ablación y Trasplante contará con G. 3.999 millones, y el Programa Nacional de Prevención Cardiovascular solo con G. 2.110 millones. Otros programas esenciales como el Centro Nacional de Control de Adicciones y la atención a pacientes oncológicos y con diabetes tienen asignaciones que también reflejan la disparidad en la priorización de recursos.
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Nelly Giménez, miembro del Sindicato de Enfermería del Hospital Pediátrico Acosta Ñu, expresó su frustración al señalar que los enfermeros permanentes perciben sueldos de poco más de G. 4 millones, un monto que ha permanecido sin ajustes durante la última década. La realidad del personal de salud contrasta notablemente con los beneficios que los legisladores buscan restituir para sí mismos, mientras en los hospitales se enfrentan carencias de insumos y condiciones adversas.
La brecha entre los sueldos y condiciones laborales de los trabajadores de la salud y los beneficios autoasignados a los legisladores subraya las desigualdades persistentes en la gestión del presupuesto nacional.
Fuente: ABC