Cada 31 de octubre, Halloween toma vida en distintas partes del mundo como una festividad de disfraces, historias de terror y dulces. Conocida también como Noche de Brujas, esta celebración tiene sus raíces en antiguas tradiciones celtas, especialmente en el festival de Samhain, celebrado hace miles de años en Irlanda, Escocia y la Isla de Man.
El Samhain marcaba el final de la cosecha y el comienzo del invierno. Para los antiguos celtas, esta fecha representaba un período en el que el “velo” entre el mundo de los vivos y el de los muertos se hacía más delgado, permitiendo que los espíritus deambularan entre ellos. Se creía que los celtas se disfrazaban para ahuyentar a los espíritus y protegerse de posibles daños.
Con la expansión del cristianismo en Europa, Samhain fue adaptado al calendario cristiano, convirtiéndose en la víspera del Día de Todos los Santos. Este proceso de transformación dio paso al “All Hallows’ Eve” o “Noche de Todos los Santos”, que posteriormente se acortó a Halloween. La costumbre de disfrazarse y realizar rituales simbólicos se mantuvo, pasando a ser una forma de representar lo sobrenatural.
Halloween llegó a América del Norte con los inmigrantes irlandeses y escoceses en el siglo XIX. Sin embargo, no fue hasta 1921 cuando la festividad adquirió una presencia masiva en Estados Unidos, donde comenzó a celebrarse con desfiles, decoraciones y el famoso “truco o trato”. Este acto de pedir dulces disfrazados de personajes de terror se popularizó y se convirtió en una parte esencial de la celebración.
La simbología de Halloween está llena de elementos que evocan miedo y misterio. Las calabazas talladas, conocidas como “Jack-o’-lanterns”, derivan de leyendas irlandesas que advertían sobre almas atrapadas. También el gato negro, asociado con brujas y supersticiones, se ha vuelto un ícono de esta festividad, al igual que otros personajes como fantasmas, vampiros y zombies.
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Hoy en día, Halloween se celebra en muchos países de América Latina, incluyendo México, donde los niños se disfrazan y salen a pedir dulces al igual que en Estados Unidos. A pesar de su origen extranjero, la festividad ha ganado popularidad en estos países, quienes la adaptan y la integran a sus propias tradiciones.
Fuente: El Nacional
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