Judiciales

Familia de Canindeyú denuncia presunta estafa en la venta de la casa de su padre fallecido

La familia Ortellado denuncia una presunta estafa en la venta de la casa de su padre en Puente Kyjhá, señalando irregularidades en la transacción.

Foto: RDN.

En Puente Kyjhá, departamento de Canindeyú, la familia Ortellado ha presentado una denuncia pública en la que asegura que fue víctima de una estafa relacionada con la venta de la casa de su padre, Teodoro Ortellado Ramos, fallecido a los 95 años. La familia cuestiona la legalidad de la transacción realizada por la ahijada del anciano, Leticia Monserrat Arce, quien asegura haber comprado el inmueble por 400 millones de guaraníes. Según los familiares, la venta está plagada de irregularidades, y se solicita una investigación exhaustiva.

“Nuestra historia comienza cuando nuestro padre, alrededor de los 40 años, llegó a este pueblo con grandes sueños y algunos ahorros”, relató una de las hijas de Teodoro. “Se instaló con una familia que lo ayudaba en sus tareas y juntos construyeron el primer hospital privado de la zona. Más tarde, nosotros, sus hijos, nos mudamos aquí”. Para la familia Ortellado, esta propiedad representa el legado de su padre y lo que construyó con esfuerzo en la comunidad.

El conflicto radica en el contrato de compraventa realizado por la escribana Georgelina Riveros de Gaona, quien protocolizó el documento sin informar a los hijos de Teodoro, quienes sostienen que su padre estaba en condiciones de salud que le impedían comprender o participar plenamente en una transacción de tal magnitud. Además, un peritaje de la Policía Nacional determinó que la firma en el contrato no corresponde a la de Teodoro Ortellado, lo que confirma, según el abogado de la familia, Jorge González, la posibilidad de un “intento deliberado de despojar a una persona de su patrimonio en sus últimos días”.

González también cuestiona el origen del dinero supuestamente utilizado por Arce para comprar la propiedad, dado que la joven no contaba con los medios económicos para realizar una transacción de esa magnitud. “Es lógico cuestionarse cómo una empleada doméstica consigue de la noche a la mañana una suma así. ¿De dónde viene el dinero y cómo alguien en esas condiciones logra firmar semejante acuerdo?”, expresó el abogado, insinuando la posibilidad de un apoyo económico externo o de actividades irregulares para facilitar la adquisición.

Los hijos de Teodoro sostienen además que “el anciano no estaba en condiciones de realizar ninguna transacción ni trasladarse a una escribanía” debido a su estado de salud terminal. La familia se sorprendió al enterarse de que la escribana Riveros de Gaona había llevado el contrato a su casa para la firma, y cuestionan la presencia de dos testigos que, según los Ortellados, están relacionados con la misma escribanía, lo que consideran una “práctica poco ética” para un procedimiento tan relevante.

Para complicar aún más la situación, Leticia Arce, quien afirma ser la legítima propietaria, ya habría vendido el inmueble a una persona residente en España. La familia considera que esto podría indicar un intento de “obtener la propiedad a un precio irrisorio y luego revenderla a un valor mayor”. Durante el velorio de Teodoro Ortellado, la familia se sorprendió cuando Arce llegó exigiendo que se retiraran de la casa, lo que generó indignación entre los presentes.

Actualmente, la familia Ortellado se encuentra en medio de un juicio por obligación de hacer escritura pública, en el cual Arce exige formalizar la transferencia de la propiedad. La familia ha recurrido a los medios y a las autoridades para visibilizar el caso y exigir una revisión de la actuación de la escribana y del fiscal Carlos Cabrera, quien desestimó la denuncia a pesar de las pruebas presentadas. “Si realmente fuera la heredera, ¿por qué se realizó un contrato de compraventa? ¿Por qué ninguno de los hijos, siendo los familiares más cercanos, fuimos informados de estos procedimientos?” cuestionó una de las hijas.

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La familia Ortellado espera que el caso sirva como un precedente para proteger los derechos de las personas mayores en situaciones de vulnerabilidad y confía en que la justicia revele la verdad detrás de esta presunta estafa.

“Siempre hemos actuado con respeto y amor hacia nuestro padre. Hemos permanecido callados, esperando que la justicia se haga valer y que se reconozca la verdad. No buscamos más que cumplir con la última voluntad de nuestro padre, que fue totalmente desatendida”, finalizó.