La retención de líquidos es una afección que se relaciona con la hipertensión y el sobrepeso. Este problema, conocido médicamente como edema, afecta comúnmente las extremidades inferiores debido a dificultades en el retorno venoso. Para evitar o reducir la retención de líquidos, es fundamental llevar una alimentación equilibrada que favorezca la circulación y elimine el exceso de sal.
Algunas personas experimentan sensaciones de pesadez o inflamación, confundiendo estos síntomas con retención de líquidos sin que realmente haya un edema presente. Para prevenir y aliviar esta condición, el primer paso es reducir el consumo de alimentos ricos en sodio, dado que el exceso de sal promueve la acumulación de líquidos en el cuerpo.
Frutas ricas en potasio
El potasio es un mineral que contrarresta los efectos del sodio y ayuda a equilibrar los líquidos en el organismo. Algunas frutas como el plátano, el melón y el kiwi son excelentes fuentes de potasio y además aportan antioxidantes y fibra. Estas frutas son ideales para mejorar la circulación y reducir la hinchazón, especialmente en piernas y pies, contribuyendo a una mejor función renal.
Verduras frescas y bajas en sodio
Las verduras son alimentos ricos en agua y fibra que favorecen la diuresis. El pepino, el apio y el tomate son buenos aliados para combatir la retención de líquidos. Estas verduras no solo son bajas en sodio, sino que también ayudan a depurar el organismo, favoreciendo la eliminación de líquidos y toxinas. Se recomienda consumirlas frescas y, de ser posible, en ensaladas o jugos.
Proteínas bajas en grasas saturadas
Para las personas que buscan evitar la retención de líquidos, es recomendable elegir proteínas magras como el pollo, el pavo y los pescados. Estos alimentos proporcionan nutrientes esenciales sin sobrecargar el sistema cardiovascular. Además, es importante evitar las carnes procesadas y embutidos, ya que suelen ser altos en sodio.
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Grasas saludables
Las grasas saludables, presentes en el aguacate, las nueces y el aceite de oliva, ayudan a reducir la inflamación y mejoran la circulación. Estas grasas no saturadas colaboran en el control del peso y ayudan a la eliminación de líquidos, especialmente cuando son consumidas como parte de una dieta equilibrada baja en sodio y rica en nutrientes.
Infusiones diuréticas
Las infusiones de hierbas como el diente de león, la cola de caballo y el té verde son conocidas por sus propiedades diuréticas naturales, que favorecen la eliminación de líquidos. Estas bebidas ayudan a reducir la hinchazón en las extremidades, eliminando el exceso de líquido acumulado en los tejidos. Se recomienda beberlas sin azúcar para evitar el consumo de calorías adicionales.
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Reducir la sal en las comidas
Controlar la cantidad de sal es fundamental para evitar la retención de líquidos. Optar por condimentos naturales como el ajo, la cúrcuma o el orégano es una alternativa saludable que potencia el sabor sin incrementar el sodio. También es aconsejable evitar los alimentos enlatados o procesados, que generalmente contienen altos niveles de sal.
Una dieta baja en sodio, rica en potasio y basada en alimentos frescos, ayudará a reducir la retención de líquidos y a mejorar la salud general. Este enfoque es clave para quienes buscan mantener una buena circulación y evitar problemas de hipertensión o edemas.
Fuente: La Vanguardia
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