El acné afecta tanto a adolescentes como a adultos, y aunque es un problema complejo con factores genéticos, hormonales y ambientales, la alimentación puede jugar un papel relevante en su prevención y tratamiento. Según el Dr. José Manuel Carrascosa, especialista en Dermatología, ciertos alimentos pueden favorecer o agravar el acné. Optar por una dieta equilibrada puede ser clave para mantener la piel libre de impurezas.
Uno de los alimentos que puede afectar la producción de sebo y favorecer el acné son los lácteos. Según estudios, contienen sustancias que estimulan la síntesis de sebo, contribuyendo a la obstrucción de los poros. Además, la leche desnatada y semidesnatada han sido asociadas a un mayor impacto en el acné que la leche entera, por su índice glucémico. La nutricionista Gloria Caballero recomienda evitar los lácteos y optar por fuentes de calcio alternativas como el pescado azul, frutos secos y vegetales de hojas verdes.
El consumo excesivo de carbohidratos con alto índice glucémico también ha sido relacionado con el acné. Alimentos como pan blanco, arroz y pastas refinadas pueden elevar los niveles de glucosa y provocar la liberación de factores que estimulan la producción de sebo. Reducir el consumo de estos alimentos y preferir carbohidratos de bajo índice glucémico, como granos integrales y frutas menos maduras, puede ayudar a reducir la inflamación en la piel.
El chocolate ha sido históricamente asociado con el acné, aunque no todos los estudios lo confirman. Carrascosa señala que el problema puede ser el azúcar y las grasas en las versiones más procesadas de este alimento. Si decides consumir chocolate, opta por variedades con un alto porcentaje de cacao, que son menos propensas a empeorar el acné.
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La carne roja y las dietas occidentales ricas en productos animales grasos también se han vinculado con el acné. Según la dietista Caballero, reducir el consumo de carnes rojas y preferir opciones magras o carnes blancas puede ser beneficioso para la piel. Este tipo de dieta reduce la inflamación, lo que ayuda a mantener los poros menos obstruidos y evitar brotes.
Por último, el alcohol es otro elemento que puede agravar el acné. Su consumo prolongado favorece la producción de testosterona, lo que puede aumentar el sebo en la piel y provocar obstrucciones en los poros. Asimismo, el alcohol puede alterar el sistema inmunológico y favorecer el crecimiento de bacterias relacionadas con el acné.
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Incluir en la dieta alimentos ricos en omega-3 como el pescado azul y vegetales frescos puede ser de gran ayuda. Al mismo tiempo, evitar estos alimentos y adoptar una dieta más equilibrada puede reducir los brotes y mejorar la salud de la piel a largo plazo.
Fuente: La Vanguardia