Este domingo, el expresidente boliviano Evo Morales denunció un intento de atentado en su contra, luego de que su vehículo fuera atacado con 18 disparos mientras transitaba por una carretera en la región de Chapare, en Bolivia. Según el relato de Morales, el ataque fue realizado desde dos vehículos no identificados que le habrían tendido una emboscada durante su traslado hacia una emisora local en Villa Tunari, donde iba a participar en su programa radial.
Morales, quien salió ileso del ataque, afirmó que el incidente fue un intento del Gobierno actual, liderado por Luis Arce, de frenar su influencia política y atentar contra su vida. A través de una entrevista en Radio Kausachun Coca, Morales señaló que fue un operativo planificado, describiendo cómo fue interceptado por dos autos que luego abrieron fuego. El conductor de Morales sufrió una herida superficial en la nuca, mientras el expresidente logró protegerse agachándose en el vehículo.
En videos compartidos por sus colaboradores, se puede observar al exmandatario en el asiento del copiloto mientras se producen los disparos. Los registros muestran también la sangre del conductor herido y los impactos de bala en el vidrio del automóvil. Morales, calmado en las grabaciones, pide a sus seguidores que bloqueen las carreteras para protegerlo y frenar el presunto intento de detención en su contra.
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La situación ocurre en medio de un contexto de creciente tensión entre Morales y el Gobierno de Arce. Desde hace semanas, grupos de campesinos afines a Morales han bloqueado varias rutas en protesta contra la administración de Arce, lo que ha generado enfrentamientos entre manifestantes y la policía. Morales enfrenta una orden de captura emitida por la fiscalía boliviana en relación a un supuesto caso de abuso sexual de menores, acusación que él considera parte de una campaña de persecución política.
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El exministro de la Presidencia y cercano aliado de Morales, Juan Ramón Quintana, sugirió que la comunidad internacional intervenga para proteger al expresidente, señalando que su vida corre peligro en Bolivia. Sin embargo, Morales afirmó no tener intenciones de abandonar el país, rechazando las acusaciones y manteniendo que no ha cometido delito alguno.
Hasta el momento, el Gobierno de Bolivia no ha emitido un comunicado oficial sobre el ataque, aunque algunos funcionarios han calificado el hecho como un “autoatentado”, insinuando que Morales busca desviar la atención de las recientes acusaciones en su contra. La situación sigue desarrollándose mientras crece la tensión en Chapare, un bastión político de Morales, donde el expresidente se mantiene con el respaldo de la población rural.
Fuente: El País
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