Erika Yamila Alarcón Elias, una nutricionista que obtuvo una calificación de cero puntos en el reciente concurso de oposición en la Cámara de Diputados, ha sido contratada por la Cámara de Senadores. Este nuevo puesto, al que accedió sin pasar por los requisitos de un concurso público, le asegura un salario de G. 5.000.000. La información sobre este contrato salió a la luz tras ser revelada por ABC Color, lo que desató críticas hacia la administración del presidente del Senado, Basilio “Bachi” Núñez, del partido cartista.
Alarcón Elías, quien hasta septiembre figuraba como funcionaria de la Municipalidad de Fernando de la Mora con un salario de G. 2.500.000, pasó a formar parte de la plantilla de Senadores, pese a no haber demostrado mérito en el concurso público realizado por la Cámara Baja. Este ingreso, considerado por “la ventana”, pone en cuestionamiento los procedimientos de contratación en el Congreso Nacional y plantea serias dudas sobre la transparencia en la asignación de estos cargos públicos.
La polémica se agrava al revisar su registro académico. Según datos del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), no existen antecedentes de título universitario registrados a nombre de Alarcón Elías, lo cual cuestiona su idoneidad para el puesto en cuestión. Estos hechos han generado acusaciones de nepotismo y falta de rigor en los procesos de selección y contratación en el Congreso, una tendencia que, según denuncian fuentes legislativas, ha sido recurrente bajo la gestión de “Bachi” Núñez.
No es el primer caso en que el Senado incorpora personal bajo estas circunstancias. Recientemente, el cartista Núñez incluyó en la nómina de funcionarios a una joven de 21 años sin título universitario, quien ha pasado por distintas instituciones públicas en menos de un año. También contrató a Fabrizio Tavarelli, hijo del exarquero de fútbol Ricardo Tavarelli, quien tiene conexiones personales con el presidente Santiago Peña.
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Esta serie de contrataciones cuestionadas ha sido motivo de debate público, donde se acuña el término “nepobachis” para referirse a las personas de confianza de Núñez que logran ingresar al Congreso sin cumplir con los requisitos establecidos. Las contrataciones recientes están siendo vistas como una muestra de favoritismo y desprecio por los procesos meritocráticos en las instituciones del Estado.
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El impacto de estas decisiones sobre la administración de recursos y el profesionalismo en el Congreso Nacional preocupa a sectores ciudadanos, quienes cuestionan si estas prácticas fortalecen o debilitan la confianza en las instituciones públicas. Sin cambios visibles en la metodología de contratación, el Senado se enfrenta a crecientes críticas y pedidos de mayor transparencia y rigor en la elección de su personal.
Fuente: ABC Color
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