María Lourdes González, catedrática de Historia del Pensamiento Pedagógico de la Universidad de La Laguna, ha generado un intenso debate sobre el impacto de la tecnología en las nuevas generaciones. Durante su participación en el XIX Congreso de la Red Europea de Investigación Internacional y Multidisciplinar (EUTIC), González aseguró que las llamadas generaciones digitales están creando individuos “estúpidos y potencialmente frustrados”, debido a su desconexión con la vida real.
González, quien dirige el grupo de investigación de Pedagogía Crítica en la Universidad de La Laguna, destacó que la vida para estas generaciones se ha convertido en un “continuo parque temático”, caracterizado por la inmediatez y la distracción. Según la experta, este fenómeno está llevando a un “desaprendizaje” de la vida real, donde es necesario enfrentar dificultades, generar resistencia y desarrollar herramientas para superar los problemas.
Su análisis no es una crítica directa a los jóvenes, sino al modelo que ha impulsado el auge de la cibercultura, que ha generado problemas de salud mental, aislamiento y una insatisfacción generalizada con el mundo. González enfatizó que este entorno de hiperconectividad está fragmentando las mentes de las nuevas generaciones, incapacitándolas para establecer relaciones profundas con las personas que las rodean.
Leé más: La paradoja digital: Niños sobreprotegidos en la vida real, pero abandonados en el ciberespacio
La preocupación de González también se extiende a un fenómeno de “deshumanización” provocado por el avance de la tecnología. Según la catedrática, la pérdida del sentido de comunidad y la cohesión social fragilizan los sistemas democráticos. En este contexto, los individuos se han transformado en “seres pantállicos”, es decir, personas que viven a través de pantallas, consumiendo y produciendo contenido sin una conexión real con lo que sucede a su alrededor.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
Otro de los puntos críticos mencionados por González es la creciente dependencia de los algoritmos, los cuales, según ella, “no tienen ética”. En el ámbito educativo, advirtió sobre los peligros de herramientas como ChatGPT, que obligan a reconsiderar el modelo de enseñanza y aprendizaje. Para la catedrática, la facilidad que ofrece la tecnología está promoviendo una cultura de la ignorancia y la pereza intelectual, al reducir el esfuerzo por leer, estudiar y desarrollar un juicio crítico.
Finalmente, González hizo un llamado a reflexionar sobre los verdaderos objetivos de los avances tecnológicos y científicos, destacando la necesidad de analizar si estos avances están realmente mejorando la vida de las personas. Afirmó que el cambio es posible, pero que depende de la toma de consciencia colectiva.
Fuente: El Imparcial
