Foto: Rodrigo Leguizamón.
Antolín Silva Zárate, mejor conocido como “Don Silva”, es un hombre de 73 años que ha dedicado casi dos décadas de su vida a cuidar la Escuela Campo Verde en Asunción. Lo que empezó como un trabajo temporal de sereno, terminó siendo su vocación. Hace 17 años, don Silva dejó la albañilería para convertirse en el encargado de la escuela, donde su sencillez y dedicación le han ganado el cariño de estudiantes, padres y profesores.
Antes de dedicarse a este oficio, don Silva trabajó como albañil desde los 13 años, viajando por todo el país, especialmente en Ciudad del Este, donde pasó varios años trabajando en construcciones. Sin embargo, la vida lo llevó a cambiar el ladrillo por las aulas cuando aceptó el ofrecimiento de ser portero en la escuela, un trabajo que lo ha hecho muy feliz.
“Al principio, solo iba a quedarme dos meses”, cuenta don Silva, recordando que pidió un sueldo de G. 500.000 para cubrir su necesidad. Poco sabía que esos dos meses se convertirían en 17 años de servicio y cariño. A pesar de no tener experiencia en mantenimiento escolar, aprendió en el camino, demostrando que siempre es posible adaptarse y crecer.
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Don Silva ha sabido ganarse el respeto y la admiración de toda la comunidad educativa. “Los niños me llaman abuelito”, relata con orgullo. Cada mañana, les saluda con puño cerrado y les llama por sus nombres, una muestra del afecto y compromiso que tiene con los estudiantes. Su cumpleaños es un evento especial en la escuela, donde padres y alumnos lo celebran con cariño y alegría.
A sus 73 años, don Silva no tiene intenciones de retirarse pronto. Aunque había pensado dejar el puesto al cumplir los 70, su amor por los estudiantes lo ha mantenido en la escuela, donde sigue siendo una figura importante y querida. “Cada vez me encariño más con ellos”, concluye.
Fuente: Ultima Hora
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