El gobierno argentino, liderado por el presidente Javier Milei, ha decidido desplegar tropas del Ejército en las fronteras con Paraguay, Bolivia y Brasil para llevar a cabo tareas de control y vigilancia en áreas no cubiertas por la Gendarmería Nacional. Esta medida responde a la creciente preocupación por el narcotráfico y otras actividades ilícitas que se desarrollan en las zonas limítrofes del país, donde las fuerzas de seguridad argentinas enfrentan dificultades para ejercer un control efectivo.
El ministro de Defensa de Argentina, Luis Petri, informó que el presidente Milei firmará la semana próxima un decreto que ampliará las competencias de las Fuerzas Armadas. El objetivo es reforzar la seguridad en las áreas fronterizas donde no existen puestos fijos de la Gendarmería, particularmente en las zonas consideradas vulnerables al tráfico de drogas y al crimen organizado. Este movimiento ha sido visto como un cambio en la política de defensa y seguridad del país, que hasta ahora limitaba la actuación de las Fuerzas Armadas en conflictos internacionales.
El proyecto de decreto implica la modificación del marco legal existente, específicamente el decreto 727/2006, que restringía las funciones de las Fuerzas Armadas a la defensa contra agresiones de otros Estados. Con la nueva normativa, se permitirá que el Ejército colabore con las fuerzas de seguridad en el combate a amenazas internas, como el narcotráfico y el crimen organizado, en las zonas fronterizas de Argentina.
Este redespliegue de tropas incluirá las fronteras con Brasil, Paraguay y Bolivia, áreas que son consideradas críticas por las autoridades debido a su utilización como rutas para el tráfico de drogas. Fuentes oficiales indicaron que las fuerzas armadas argentinas también podrían colaborar con las fuerzas de Paraguay, país que enfrenta ataques de grupos criminales como el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), y donde la frontera es utilizada para el contrabando de marihuana y otras sustancias ilegales.
El ministro Petri ha enfatizado que la cooperación con países vecinos será clave para garantizar la seguridad regional. En este contexto, se espera que las fuerzas armadas paraguayas y argentinas trabajen de manera conjunta en operaciones destinadas a frenar el avance de las redes de narcotráfico que operan en la zona.
Desde una perspectiva legal, el despliegue de tropas también se basa en el decreto ley 15.385, que permite a las Fuerzas Armadas argentinas reforzar la seguridad de las fronteras en situaciones excepcionales. Esta medida es vista como una continuación de las políticas implementadas por gobiernos anteriores, como el operativo “Escudo Norte” lanzado durante la presidencia de Cristina Kirchner, que, según el ministro Petri, no logró los resultados esperados.
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El problema del crimen organizado y el narcotráfico ha sido catalogado como una de las mayores amenazas para la seguridad de Argentina. Durante la reciente Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, celebrada en Mendoza, el ministro Petri destacó la gravedad de las actividades ilícitas transnacionales, como el narcotráfico, la minería ilegal y el tráfico de personas. También señaló la presencia de actores extra hemisféricos que apoyan regímenes no democráticos en América Latina como un factor de inestabilidad en la región.
Si bien el gobierno argentino busca ampliar las funciones de sus Fuerzas Armadas en el combate a estas amenazas, el proyecto aún enfrenta resistencias en el Congreso, donde algunos sectores se oponen a la militarización de la seguridad interior. Sin embargo, la firma del decreto permitirá que, al menos en las fronteras, el Ejército pueda colaborar con la Gendarmería en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Fuente: ABC Color
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