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¿El pan es el enemigo? Desmitificando los mitos sobre este alimento

El pan, alimento milenario, es objeto de controversia. Analizamos su impacto real en la salud y su papel en una dieta equilibrada.

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El pan ha sido un alimento básico durante más de 10.000 años, pero en los últimos tiempos ha ganado una mala reputación debido a afirmaciones exageradas sobre sus efectos negativos en la salud. Aunque algunos contenidos en internet lo señalan como responsable de enfermedades como la hipertensión y la diabetes, las condiciones crónicas son multifactoriales, y culpar exclusivamente al pan puede ser simplista y erróneo.

Existen diferentes tipos de pan, y los elaborados con granos enteros están vinculados a beneficios como la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. El pan integral es una fuente importante de carbohidratos complejos, fibra dietética, vitaminas y minerales. La fibra, en particular, es esencial para una buena digestión y la prevención de enfermedades como el cáncer colorrectal y la obesidad.

Es importante diferenciar entre carbohidratos simples y complejos. Los carbohidratos simples, presentes en alimentos procesados, pueden causar picos rápidos en los niveles de azúcar en la sangre, mientras que los carbohidratos complejos, como los que se encuentran en el pan integral, tienen un impacto más moderado. Esto ayuda a prevenir problemas como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2, proporcionando energía estable y duradera.

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Otro tema relevante es el gluten, una proteína presente en el trigo. A pesar de la creciente preocupación por el gluten, la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca afectan solo a una pequeña parte de la población. Para la mayoría de las personas, el gluten no presenta ningún riesgo. Además, muchos productos sin gluten son más procesados y contienen menos nutrientes que aquellos elaborados con gluten.

El pan no es considerado un ultraprocesado en todas sus formas. De hecho, el pan integral, con granos enteros, está vinculado a una reducción del riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. Los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios presentes en los granos enteros pueden reducir el daño celular y la inflamación.

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Es esencial tener en cuenta la calidad del pan que consumimos y no hacer afirmaciones categóricas sobre su impacto en la salud. En una dieta equilibrada, que incluya alimentos frescos, granos enteros y grasas saludables, el pan puede ser un complemento nutritivo. En lugar de demonizar al pan, debemos centrarnos en adoptar patrones de alimentación saludable que incluyan una variedad de alimentos.

Fuente: BBC