Política

Diferencias en la UE complican acuerdo Mercosur-UE, Peña espera definición de Lula

Las divisiones en Europa complican el acuerdo Mercosur-UE. Paraguay espera el apoyo de Lula, mientras sigue las tensiones en el sector productivo.

Santiago Peña y Lula da Silva. AP

El acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea (UE) sigue enfrentando obstáculos, particularmente por las divisiones dentro del bloque europeo. Mientras Paraguay y otros países del Mercosur mantienen una postura cautelosa, las expectativas sobre la firma del acuerdo durante la cumbre del G20 en Brasil crecen, impulsadas por figuras como Lula da Silva.

Desde Argentina, se especula que Javier Milei podría anunciar la firma del tratado junto a Lula en noviembre, pero la realidad es más compleja. Aunque Milei ha confirmado su participación en el G20, el avance del acuerdo depende de varios factores, incluida la postura de la Cancillería paraguaya, que hasta el momento ha sido reservada sobre los detalles de su posición en las negociaciones.

El presidente paraguayo, Santiago Peña, se ha mostrado cauto, dejando el liderazgo de las negociaciones con la UE a otros actores. Mientras tanto, las tensiones entre los sectores productivos de Paraguay y las demandas europeas complican las discusiones. Un tema clave es la side-letter que Bruselas busca anexar al acuerdo alcanzado en 2019, la cual plantea nuevas exigencias ambientales y sociales.

En Europa, el sector agrícola y países proteccionistas como Francia e Irlanda siguen levantando fuertes objeciones. El reciente Informe Draghi advierte que la competitividad europea está en riesgo si no se cierran acuerdos comerciales como el de Mercosur. Sin embargo, las preocupaciones sobre los impactos para los agricultores europeos han generado un intenso debate en el Parlamento Europeo, lo que ha frenado el proceso.

El informe ha sido recibido con críticas por su tono colonialista, pero la presión por acelerar el acuerdo sigue creciendo, especialmente en países como Alemania, España e Italia, que ven en el Mercosur una fuente clave de materias primas. Sin embargo, la resistencia dentro del Parlamento Europeo muestra las profundas divisiones que aún persisten.

Por su parte, Paraguay ha sido claro en que no aceptará un acuerdo que ponga en desventaja a sus productores. El ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, junto con el canciller Rubén Ramírez, han subrayado que la adenda enviada por la UE no es conveniente para el sector productivo local, ya que aumentaría los costos de producción.

El sector privado paraguayo también ha expresado su preocupación. Desde la Unión Industrial Paraguaya (UIP) enfatizan que no firmarán un pacto que perjudique a los productores nacionales. La competencia desleal con los agricultores europeos, que reciben subsidios, es una de las principales preocupaciones, ya que los países del Mercosur carecen de mecanismos similares.

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Lula da Silva, que ha mantenido una postura crítica pero favorable al acuerdo, es visto como un actor clave en estas negociaciones. Su apoyo al tratado podría facilitar las discusiones, pero el presidente brasileño ha insistido en que la UE debe ser más flexible, especialmente en temas ambientales, si quiere avanzar.

Mientras tanto, Paraguay sigue observando de cerca las negociaciones, consciente de que las decisiones que se tomen en Brasil podrían influir directamente en la postura que adoptará el gobierno de Santiago Peña en el acuerdo final.

Fuente: La Política Online