La pérdida de densidad ósea es un problema que aumenta con el paso del tiempo, afectando principalmente a personas mayores y, en especial, a mujeres después de la menopausia. La osteopenia, que marca una disminución en la densidad ósea, puede evolucionar hacia la osteoporosis si no se toman medidas preventivas a tiempo. La osteoporosis, caracterizada por huesos frágiles y propensos a fracturas, representa un riesgo para la independencia y movilidad.
Entre los principales factores que aceleran la pérdida ósea se encuentran algunos medicamentos, como los corticoides, así como hábitos poco saludables, como el sedentarismo y el tabaquismo. Las personas con esta condición suelen detectarla mediante estudios de densitometría ósea o resonancias magnéticas.
Consultar con un médico es fundamental para evaluar la necesidad de medicamentos que retrasen la pérdida ósea, como alendronato o risedronato, especialmente en casos de osteopenia avanzada o fracturas previas. Sin embargo, la medicación no siempre es la primera opción, ya que estos fármacos pueden tener efectos secundarios, como fracturas atípicas o problemas en la mandíbula, por lo que suelen indicarse con precaución y bajo supervisión.
Leé más: Inauguran primer Centro de Atención Integral para la Osteoporosis
El ejercicio con pesas y actividades de resistencia son esenciales para fortalecer los huesos. Caminar a paso rápido, andar en bicicleta o realizar ejercicios de equilibrio ayudan a mejorar la densidad ósea y prevenir caídas. Mantener una buena postura también es importante para evitar deformaciones como la cifosis en la espalda alta.
La ingesta adecuada de calcio es fundamental para mantener huesos fuertes, y la vitamina D3 es clave para facilitar su absorción. Se recomienda obtener calcio a través de productos lácteos, sardinas y vegetales de hojas verdes, y consumir suficiente proteína de fuentes saludables como pescado, aves y legumbres. Limitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas es crucial para evitar interferencias con la salud ósea.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
Adoptar hábitos saludables, como evitar el tabaco y mantener una dieta balanceada, puede hacer la diferencia en la prevención de la osteopenia y la osteoporosis. La combinación de una alimentación adecuada, ejercicio regular y control médico oportuno es la clave para preservar la salud ósea a lo largo del tiempo.
Cuidar los huesos desde una edad temprana es esencial para reducir el riesgo de fracturas y preservar la movilidad en la vejez. Consultar al médico, adoptar un estilo de vida activo y mantener una alimentación rica en nutrientes son los pilares de una estrategia eficaz para la salud ósea.
Fuente: Pronto.ar