¡Vamos a la escuela!: Un paso hacia la inclusión educativa

La campaña ¡Vamos a la escuela! ha evidenciado que la inclusión educativa es no solo posible, sino también transformadora. A través de una alianza entre el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la fundación Education Above All (EAA), se están abriendo puertas para muchos niños, especialmente aquellos en situaciones de vulnerabilidad. Un caso emblemático es el de Cristina, una niña con discapacidad que ha comenzado su camino escolar, cumpliendo el sueño de su madre.

Cristina, que no puede hablar ni caminar debido a parálisis infantil, inició su vida escolar a los nueve años. En febrero, la escuela San Miguel de San Pedro del Paraná, en el departamento de Itapúa, la recibió con los brazos abiertos. Desde su primer día, su sonrisa ha sido un reflejo del amor y la aceptación que ha encontrado en su nuevo entorno. “Fue amor a primera vista”, destacan las Naciones Unidas en su portal.

La historia de Cristina es profundamente conmovedora. Su madre, Ceferina, recuerda las dificultades y el sufrimiento que ha enfrentado al criar a su hija en una modesta vivienda en el departamento de Itapúa, a 360 kilómetros de Asunción. Con lágrimas en los ojos, relata cómo su vida cambió al recibir la noticia de que su hija podría asistir a la escuela. Cristina se comunica a través de la mirada, sonidos y gestos, y su madre la considera su “compañerita” de vida, sin importar las adversidades.

A pesar de que uno de cada cuatro niños y adolescentes de 5 a 17 años en Paraguay está fuera del sistema educativo, la situación se agrava para aquellos con discapacidad. Según un estudio reciente del MEC y Unicef, la falta de acceso a servicios adecuados, la pobreza y la percepción negativa de la educación son barreras significativas. Se estima que al menos el 10% de la población infantil tiene alguna discapacidad, lo que subraya la urgencia de implementar políticas inclusivas.

El proyecto ¡Vamos a la escuela! ha tomado la iniciativa de buscar activamente a los niños que no están escolarizados. Gracias a su trabajo, Ceferina y Cristina encontraron el apoyo necesario para iniciar este camino. María Alderete, facilitadora del proyecto, recuerda cómo Ceferina inicialmente no creía posible que su hija recibiera educación formal. “Esto les cambió la vida”, afirma, resaltando la importancia de articular esfuerzos entre diferentes sectores para garantizar derechos.

Una vez que se aseguró la matriculación de Cristina, la directora de la escuela, Olga Servín, se encargó de recibirla con cariño, proporcionándole el uniforme y asegurando que todo estuviera listo para su integración. El trayecto de 800 metros que Cristina recorre diariamente con su madre es testimonio de su entusiasmo por aprender. “No quiere faltar a clases”, relata Ceferina, quien ha visto cómo su hija florece en un ambiente inclusivo.

Cristina se beneficia de métodos de enseñanza adaptados a sus necesidades, gracias a la profesora Elizabeth Pereira, quien utiliza herramientas de educación inclusiva. A través de computadoras y libros digitales accesibles, Cristina participa activamente en el aula, disfrutando de cuentos, ejercicios de motricidad y momentos musicales con sus compañeros. La profesora Elizabeth ha jugado un papel crucial en este proceso, no solo apoyando a Cristina, sino también educando a sus compañeros sobre la importancia de la inclusión.

Unite a nuestro canal de WhatsApp

El impacto de esta campaña se refleja en la vida de Cristina y su comunidad. “¡Vamos a la escuela! ha incorporado a Cristina en la sociedad, permitiéndole interactuar con otros niños y desarrollarse como persona”, comenta la profesora. Este esfuerzo no solo busca educar, sino también erradicar la indiferencia que a menudo enfrenta la población con discapacidad, promoviendo una cultura de aceptación y amor.

La historia de Cristina y la campaña ¡Vamos a la escuela! son un testimonio del poder de la inclusión educativa en Paraguay, mostrando que, con el esfuerzo conjunto de la comunidad y las instituciones, es posible transformar vidas y construir un futuro más equitativo.

Fuente: Agencia IP

Esta web usa cookies.