El bosque del Gran Chaco paraguayo, está siendo gravemente afectado por la expansión de la ganadería destinada a la producción de colágeno, según un reciente informe publicado por la organización ambientalista Global Witness. Esta ONG, con sedes en Londres y Washington, ha puesto el foco sobre el impacto de la deforestación en los territorios de la comunidad indígena Ayoreo Totobiegosode.
El informe denuncia que entre 2021 y 2023, la ganadería invadió aproximadamente 18.000 hectáreas del territorio de los Ayoreo en el Chaco paraguayo. Parte de los animales criados en esas áreas fueron vendidos a grandes frigoríficos sudamericanos, y sus pieles fueron destinadas a la producción de colágeno, utilizado en suplementos alimenticios y cosméticos a nivel mundial.
Global Witness señala específicamente al grupo francés Rousselot, que compró 3.000 toneladas de materiales provenientes de curtidurías paraguayas del Frigorífico Concepción entre 2021 y 2023. Estos insumos fueron enviados a las fábricas de Rousselot en Francia para la fabricación de colágeno. La empresa matriz de Rousselot, Darling Ingredients, se defendió afirmando que cumple con compromisos de suministro responsable y sustentable, aunque no detalló si continuará adquiriendo materia prima de Paraguay.
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Frigorífico Concepción, por su parte, citó criterios de confidencialidad y aseguró no comprar ganado proveniente de zonas con deforestación ilegal. Sin embargo, la ONG cuestiona la falta de transparencia en la cadena de suministro y la falta de controles efectivos para garantizar que no se estén utilizando tierras deforestadas ilegalmente.
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Charlie Hammans, autor del informe, advirtió que los suplementos de colágeno pueden “prometer juventud” a los consumidores occidentales, pero están contribuyendo a una crisis de deforestación en Paraguay. Esto subraya la importancia de leyes más estrictas, como las propuestas por la Unión Europea, para asegurar que los productos provengan de cadenas de suministro sin deforestación.
El Gran Chaco, compartido por Argentina, Paraguay y Bolivia, es la segunda mayor superficie forestal de América del Sur. Sin embargo, en las últimas décadas ha sido devastado por la expansión de la producción de soja y ganado, poniendo en peligro su biodiversidad y las comunidades indígenas que habitan en la región.
Fuente: ABC Color