Este sábado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que los recientes ataques aéreos sobre la capital libanesa, Beirut, tienen como objetivo las infraestructuras clave de inteligencia de Hezbollah. Los ataques han sido dirigidos contra depósitos de armas, salas de mando y otras instalaciones estratégicas utilizadas por el grupo.
La ofensiva de Israel se produce como respuesta a la creciente tensión en la región, tras el lanzamiento de misiles por parte de Irán contra territorio israelí el pasado martes. Un alto mando militar israelí, que prefirió mantenerse en el anonimato, informó a la agencia AFP que “el Ejército israelí está preparando una respuesta” a dicho ataque.
Los bombardeos de Israel se concentraron principalmente en la periferia sur de Beirut, una zona conocida por ser un bastión del grupo libanés Hezbollah. Este grupo, considerado una organización terrorista por Israel, ha sido un actor central en los conflictos de la región, y su infraestructura ha sido el principal objetivo de los ataques israelíes.
El aumento de la violencia en la región ha incrementado el temor a una escalada más amplia del conflicto en Oriente Medio. La respuesta militar de Israel se produce en un contexto delicado, marcado por el primer aniversario del ataque de Hamas a Israel, ocurrido el 7 de octubre del año pasado, que desencadenó la guerra en la Franja de Gaza.
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Por su parte, Hezbollah ha continuado con los enfrentamientos en el sur del Líbano. La milicia afirmó que ha lanzado cohetes hacia la base aérea israelí de Ramat David, cerca de Haifa, ubicada a unos 45 kilómetros de la frontera con Líbano.
Israel ha anunciado previamente que ha desplazado su “centro de gravedad” militar hacia el norte, en la frontera con el Líbano, en un intento por debilitar las capacidades operativas de Hezbollah. Las tropas israelíes han iniciado operaciones terrestres en la zona, lo que ha intensificado los enfrentamientos.
Fuente: Infobae/AFP
