El acueducto del Chaco, una obra pública de gran envergadura, colapsó recientemente tras una explosión, poniendo en evidencia fallas estructurales significativas. Luifer Bernal, presidente de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), confirmó que el sistema no está cumpliendo con los objetivos para los cuales fue diseñado, lo que genera una situación crítica para las poblaciones del Chaco, especialmente en tiempos de sequía.
El proyecto, que se inició en 2011 bajo la administración de Fernando Lugo, ha enfrentado problemas desde su construcción. La obra fue ejecutada por varias administraciones sucesivas, pero fue inaugurada parcialmente durante el gobierno de Mario Abdo Benítez. Pese a una inversión cercana a los 50 millones de dólares para poco más de 200 kilómetros de acueducto, el sistema ha demostrado ser ineficaz para abastecer de agua a las zonas afectadas.
Bernal señaló que las reparaciones paliativas que se han realizado permitirán que el acueducto vuelva a operar, aunque con limitaciones. La red no ofrece una solución duradera ni óptima para las comunidades chaqueñas que dependen de ella. A pesar de estos esfuerzos, las pérdidas de agua continuarán siendo un problema hasta que se tomen medidas más contundentes.
Mientras tanto, la atención pública se ha centrado en un nuevo proyecto de acueducto presentado por el senador Orlando Penner en abril de este año. Esta iniciativa, que fue anunciada con gran entusiasmo, ha quedado estancada en el Senado, bloqueada en varias comisiones clave. A pesar de las promesas del oficialismo, el proyecto no ha avanzado.
El plan de Penner propone la construcción de un acueducto de 280 kilómetros, que llevaría agua desde el río Paraguay hasta el Chaco Central, mediante una concesión entre el Estado y cooperativas privadas. Sin embargo, seis meses después de su presentación, el proyecto permanece inactivo, y las comisiones del Congreso encargadas de su evaluación no han mostrado avances significativos.
El propio Penner, quien recientemente se afilió al Partido Colorado, ha admitido que el proyecto no ha avanzado como esperaba, aunque asegura que se sigue trabajando en él. No obstante, las poblaciones afectadas en el Chaco siguen esperando una solución efectiva mientras enfrentan una de las peores sequías de los últimos años.
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Durante la administración de Mario Abdo, el proyecto del acueducto también fue motivo de controversia, con el cartismo criticando duramente la gestión de Arnoldo Wiens, quien estaba al frente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) en ese momento. A pesar de la habilitación de un tercer tramo, el proyecto fue señalado como incompleto y deficiente.
La situación actual del acueducto es un reflejo de la ineficacia y las fallas en la planificación de las obras públicas, lo que ha llevado a una crisis de agua potable en una de las regiones más vulnerables del país.
Fuente: La Política Online
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