El Papa en Bélgica: “Estamos cerca de una guerra casi mundial”

Durante su visita a Bélgica, el Papa Francisco hizo un llamado urgente a las naciones para evitar el conflicto, advirtiendo que el mundo se encuentra “cerca de una guerra casi mundial”. En su primer discurso ante las autoridades belgas, el pontífice subrayó la importancia de recordar la historia y de apostar por el diálogo como medio para resolver controversias.

El Papa llegó este viernes a Bruselas, donde fue recibido bajo una intensa lluvia por el rey Felipe, la reina Matilde y otras autoridades del país. La llegada del Papa a la capital belga, sede de importantes instituciones europeas, marca su segundo viaje a Europa en el año.

Francisco destacó el papel estratégico de Bélgica, calificándola como un “puente” entre las naciones europeas. Recordó cómo este país fue fundamental en la creación de las instituciones de paz tras la Segunda Guerra Mundial. “Europa necesita a Bélgica para recordar su historia”, expresó el Papa, subrayando la importancia de evitar que el poder de las armas subvierta el derecho.

En su discurso, el Papa advirtió sobre los peligros de un conflicto armado que podría escalar a nivel mundial, instando a los líderes a trabajar por la paz y evitar un “infierno de guerra”. Para Francisco, la historia ha demostrado que la falta de diálogo y el desacato a las fronteras pueden desatar graves catástrofes globales.

Francisco destacó que Bélgica es clave para preservar la memoria histórica de Europa y promover una cultura de paz. “Cuando se olvida la historia, los errores del pasado tienden a repetirse”, advirtió el pontífice. En este contexto, pidió a las naciones que mantengan viva la memoria de las tragedias pasadas para evitar futuras guerras.


El Papa también abordó el problema del “invierno demográfico” en Europa, instando a las familias a “tener hijos” para enfrentar el declive poblacional. Para Francisco, la falta de natalidad y la posibilidad de una guerra global son las dos grandes calamidades que enfrenta el continente.

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Francisco también reflexionó sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia católica, especialmente en relación con los casos de abuso de menores. Reafirmó el compromiso de la Iglesia en combatir este flagelo y en acompañar a las víctimas. El Papa recordó que la Iglesia, a pesar de sus sombras, sigue siendo un testimonio de esperanza y caridad para el mundo.

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El pontífice concluyó su visita a Bélgica con un mensaje de esperanza, afirmando que este es un don de Dios que debe ser acogido con fe. El lema de su visita, “En camino con Esperanza”, busca inspirar a los pueblos europeos a seguir luchando por la paz y la fraternidad.

Fuente: AICA 

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