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Comunidades indígenas del Chaco consumen agua con barro

Las comunidades indígenas del Chaco, afectadas por la sequía y el abandono estatal, deben beber agua con barro, lo que está causando enfermedades y hasta la muerte de un bebé en El Estribo.

Indígenas en protesta por necesidades varias. Foto: ÚH.

El acceso al agua potable se volvió un desafío extremo para las comunidades indígenas del Chaco paraguayo, específicamente en la comunidad El Estribo, del distrito de Teniente Irala Fernández, en Presidente Hayes. La sequía, que ya se prolonga por nueve meses, dejó a las familias sin una fuente confiable de agua, forzándolas a recurrir a los pocos charcos que quedan, cuya agua está mezclada con barro. Esto desató enfermedades, principalmente entre los niños, que padecen diarrea y vómitos debido a la insalubridad del agua consumida.

Lina López, representante de Mujeres Indígenas del Paraguay, explicó que la situación se vio aún más agravada por los incendios forestales en la región, que generaron densas columnas de humo, afectando gravemente la salud de los habitantes, especialmente en lo que respecta a problemas respiratorios. El impacto ambiental vino a sumarse al ya difícil escenario de abandono estatal que padecen los pobladores de El Estribo, sobre todo en la aldea Palo Santo, donde la falta de agua es crítica.


Los pocos recursos que llegan a la comunidad son insuficientes. Según López, cada familia apenas recibió dos kilos de víveres, lo que no cubre ni de lejos las necesidades básicas. A esto se suma la ausencia de trabajo, lo que dificulta aún más la posibilidad de adquirir alimentos y otros bienes esenciales. La desesperación llevó a los habitantes a recurrir a medidas extremas, como cerrar rutas para visibilizar su situación y exigir una respuesta de las autoridades, que hasta ahora no actuaron con la prontitud necesaria.

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Pese a contar con nueve aljibes en la aldea, estos continúan vacíos por la falta de asistencia con camiones cisterna que lleven agua potable a la zona. Los pedidos realizados a la Municipalidad de Teniente Irala Fernández y a la Gobernación de Presidente Hayes fueron ignorados, según denunció López, lo que deja a las familias sin alternativas claras.

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La gravedad de la crisis quedó demostrada con el fallecimiento de un bebé de siete meses, quien no resistió las condiciones insalubres y la desnutrición en la que viven muchas familias de la comunidad. Las autoridades aún no brindaron una solución concreta.

Fuente: Última Hora.