Elegir qué comer puede ser complicado, pero incluir una amplia variedad de colores en tu dieta es una estrategia simple y efectiva para asegurar que estás obteniendo los nutrientes necesarios. La llamada “dieta arcoíris” se basa en consumir alimentos de distintos colores, como frutas y verduras, para beneficiarse de los nutrientes y fitonutrientes presentes en cada uno.
Los fitonutrientes son compuestos químicos que se encuentran en las plantas y que ayudan a digerir otros nutrientes, además de eliminar toxinas del cuerpo. Según Francesco Sofi, profesor de nutrición clínica en la Universidad de Florencia, la dieta mediterránea es un ejemplo de este enfoque. Rica en frutas, verduras y grasas saludables, es famosa por sus beneficios para la salud.
Cada color en las frutas y verduras está relacionado con diferentes nutrientes. Los alimentos azules o púrpuras, como los arándanos, contienen antocianinas, un pigmento vegetal que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes tipo II. Los alimentos amarillos, como los pimientos, contienen flavonas, que ayudan a reducir el riesgo de enfermedad coronaria.
Deanna Minich, nutricionista y doctora en la Universidad de Western States, afirma que el consumo de una amplia variedad de colores en la dieta es esencial para el cerebro y el corazón. Según su investigación, si falta un color en la dieta, es posible que falte también un nutriente clave para nuestra salud.
Además, el seguimiento de una dieta rica en colores puede ayudar a prevenir enfermedades cognitivas como el Alzheimer, según un estudio de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard. Las personas que incluyen alimentos ricos en flavonoides, como naranjas y pimientos, tienen un menor riesgo de deterioro cognitivo con el tiempo.
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Incluir más colores en la dieta no solo asegura una mayor variedad de nutrientes, sino que también promueve una alimentación más equilibrada. Las verduras amargas, como la rúcula y el nabo, también tienen beneficios adicionales, ya que contienen altos niveles de antioxidantes que ayudan a controlar la presión arterial y el azúcar en sangre.
Sin embargo, no todos los colores cuentan para una dieta saludable. Según la investigadora Rochelle Embling, alimentos ultraprocesados con colores artificiales, como los dulces, no aportan los beneficios que buscamos. Es crucial centrarse en alimentos naturales y evitar el exceso de azúcares.
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La dieta arcoíris no solo es una guía práctica, sino también una forma atractiva de mejorar nuestra salud. Incorporar estos colores en las comidas diarias puede ayudarte a fortalecer el corazón, el cerebro y el sistema inmunológico.
Fuente: BBC
