Antonio Portillo, un hombre común mientras se encontraba realizando un pedido, vivió una experiencia que lo marcó profundamente y que refleja la bondad que aún existe en nuestra sociedad. Durante su trayecto, se quedó sin combustible y, para su mala suerte, olvidó su billetera en casa. Esta situación lo dejó varado en el camino, sin poder avanzar ni regresar.
Por aproximadamente media hora, Antonio intentó buscar una solución, mientras varios vehículos pasaban a su lado sin detenerse. En un momento, una camioneta de alta gama se detuvo y el conductor le preguntó si su problema era la batería. Antonio le explicó que lo que le faltaba era combustible, pero sin billetera, no podía comprarlo. El conductor simplemente arrancó y se fue.
La historia dio un giro cuando apareció un vendedor de lechuga en una moto. Antonio le contó su situación, y sin dudarlo, el vendedor le ofreció ir a comprarle combustible. Antonio le explicó que no tenía dinero, pero eso no fue un problema para el hombre, quien respondió: “No te preocupes, voy a traerte el combustible”.
Un rato después, el vendedor regresó con una botella que contenía tres litros de combustible, lo que le permitió a Antonio encender su auto y continuar su camino. Antonio, agradecido, insistió en pagarle, invitándolo a su casa para darle el dinero. Sin embargo, el vendedor rechazó la oferta y, para sorpresa de Antonio, le regaló un mazo de lechuga para que lo disfrutara con su familia.
Conmovido por el gesto desinteresado, Antonio reflexionó sobre el valor de la solidaridad. “Los que menos tienen, son los que más dan”, expresó en un video que compartió posteriormente. Esta anécdota no solo muestra la humildad del vendedor, sino también el contraste con quienes, teniendo más, a menudo no se detienen a ayudar.
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La historia rápidamente se viralizó, tocando los corazones de muchos que la han compartido como un ejemplo de bondad y generosidad en tiempos difíciles.
Fuente: EXTRA
