Analizan relación de trabajos que alteran el sueño con el cáncer

El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de España emprendió un estudio innovador para examinar la relación entre la alteración crónica del ritmo circadiano y sus posibles efectos en el sistema inmunológico. Este proyecto pionero se centra específicamente en los auxiliares de vuelo, un grupo profesional frecuentemente expuesto a cambios drásticos en sus patrones de sueño y vigilia.

El sistema inmunológico humano opera en ciclos de 24 horas, alternando entre fases de reposo y actividad. Durante la fase activa, se observa una mayor concentración de leucocitos en los tejidos, células cruciales en la defensa contra enfermedades e infecciones. Los científicos sospechan que la exposición continua al jet lag o a turnos laborales irregulares podría desincronizar este ciclo biológico, comprometiendo potencialmente la eficacia de las defensas del organismo.

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Para investigar esta hipótesis, el CNIO estableció en 2021 un biobanco especializado, recolectando muestras biológicas de auxiliares de vuelo. Esta iniciativa surgió de una colaboración entre el centro de investigación y la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros (AETCP). Virginia López, responsable de salud profesional de la AETCP y bióloga molecular, enfatiza la importancia de demostrar científicamente cómo el desempeño laboral de los auxiliares de vuelo afecta su salud.

Los auxiliares de vuelo no solo enfrentan desafíos relacionados con la alteración de sus ritmos circadianos, sino que también trabajan en condiciones particulares que incluyen exposición a radiación, luz artificial constante, aislamiento social y patrones alimenticios irregulares. La AETCP señala que los problemas de salud, incluyendo ciertos tipos de cáncer, son temas recurrentes entre los tripulantes de larga distancia con más de 15 años de carrera.

El biobanco del CNIO juega un papel crucial en esta investigación. Desde 2021, más de 130 tripulantes de vuelo españoles contribuyeron regularmente con muestras de sangre, saliva, orina, heces y uñas. Además de las muestras biológicas, los participantes proporcionan información detallada sobre su historial médico, estilo de vida y patrones de vuelo. María Jesús Artiga, directora del Biobanco del CNIO, destacó que esta colección longitudinal y confidencial permite a los investigadores rastrear cambios en la salud de los donantes a lo largo del tiempo.

El grupo de inmunidad del cáncer del CNIO, liderado por las investigadoras María Aceves y Alba de Juan, está utilizando estas muestras para estudiar la influencia de los ritmos circadianos en el sistema inmunológico y su posible relación con el cáncer. El estudio, que se extenderá por cuatro años, comparará tres grupos: tripulantes de vuelos de largo alcance, de corto alcance con horarios variables, y un grupo control de individuos con horarios regulares.

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La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer actualmente clasifica el trabajo que altera los ritmos circadianos como “probablemente cancerígeno”. Esta clasificación se basa en evidencia experimental sólida en animales, aunque la evidencia en humanos es aún limitada. El estudio del CNIO busca proporcionar datos cruciales para comprender mejor los riesgos a largo plazo asociados con la alteración crónica de los biorritmos en humanos.

Fuente: ABC.

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