Un inusual incidente en Villarrica puso en conocimiento la creciente frustración de los consumidores frente a prácticas comerciales cuestionables. Luis Vaesken, hijo de una mujer de 62 años, tomó medidas drásticas al dejar una heladera defectuosa frente al centro comercial que se negó a honrar la garantía del producto.
El conflicto se originó cuando la madre de Vaesken, una adulta mayor, adquirió una heladera a cuotas en un reconocido centro comercial de Villarrica. A pesar de haber pagado la totalidad del producto por adelantado, la señora se encontró con problemas apenas siete meses después de la compra. El electrodoméstico, supuestamente nuevo, comenzó a presentar fallas significativas.
Al intentar hacer uso de la garantía, la cliente se encontró con una serie de obstáculos burocráticos. Los representantes del centro comercial se negaron a reconocer la garantía, argumentando que la clienta ya no contaba con la caja original del producto y que no se podía localizar el sello de fábrica en el refrigerador.
Frente a esta situación, Luis Vaesken intervino en defensa de su madre. Durante una semana, intentó negociar con los encargados del negocio, quienes, según su relato, se mostraron indiferentes ante las preocupaciones de una clienta adulta mayor. Frustrado por la falta de respuesta, Vaesken advirtió a los empleados que tomaría medidas si no se resolvía la situación.
Cumpliendo con su advertencia, Vaesken cargó la heladera defectuosa en su camioneta y la depositó frente al centro comercial, en un acto de protesta pública. Esta acción, aunque polémica, generó un debate sobre los derechos de los consumidores y las responsabilidades de los comercios en el país.
El incidente resalta la importancia de la transparencia en las políticas de garantía y la necesidad de una atención al cliente más sensible, especialmente cuando se trata de adultos mayores. La negativa del centro comercial a honrar la garantía por la falta de la caja original y la ausencia de un sello de fábrica visible plantea interrogantes sobre la razonabilidad de tales requisitos.
Vaesken manifestó que, junto con sus abogados, está considerando presentar una denuncia formal contra la empresa por presunta estafa. Este paso podría llevar el caso más allá de una simple disputa comercial, convirtiéndolo en un precedente legal sobre las prácticas de garantía en el país.
El caso captó la atención de los medios locales y las redes sociales, generando un debate más amplio sobre los derechos de los consumidores en Paraguay. Muchos ciudadanos expresaron su solidaridad con Vaesken y su madre, compartiendo experiencias similares de frustración con servicios posventa y políticas de garantía poco claras.
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Este incidente enfatiza la necesidad de una revisión de las leyes de protección al consumidor , así como de una mayor educación tanto para consumidores como para comerciantes sobre sus derechos y obligaciones. También pone de relieve la importancia de un trato justo y respetuoso hacia los adultos mayores en todas las transacciones comerciales.
Fuente: EXTRA
