La cuenca del Pantanal enfrenta una crisis hídrica sin precedentes, con una prolongada sequía que está secando los riachos alimentadores del río Paraguay. Esta situación está teniendo un impacto significativo en la navegación fluvial, la pesca y la vida de las comunidades ribereñas de la región.
Desde marzo, cuando se registraron lluvias superiores a 100 mm, la región tuvo pequeños aguaceros los cuales son insuficientes para recargar los cuerpos de agua. Esta falta de precipitaciones llevó a una bajante extrema del río Paraguay, que se acerca peligrosamente a niveles históricos mínimos.
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Uno de los casos más alarmantes es el del riacho Clavel, cerca de Puerto Sastre. Este cauce, conocido por sus frecuentes desbordamientos que en el pasado llegaron a aislar poblaciones enteras, se encuentra ahora completamente seco. Similar situación se observa en el riacho Yacaré, en la zona de Fuerte Olimpo, cuya fuerza en el pasado obligó a la construcción de un puente de hormigón para mantener la conectividad de la comunidad de Puerto Guaraní.
El riacho Barrero, ubicado en la entrada de Fuerte Olimpo, también ha sido severamente afectado. Este afluente, que solía ser una ruta de navegación crucial para embarcaciones pequeñas de carga y pasajeros, ahora representa un peligro incluso para las canoas de pesca debido a su escaso caudal.
En el puerto de Fuerte Olimpo, el río Paraguay registra actualmente una altura de 1,64 cm, a solo 6 cm de superar la marca de descenso histórico de 1,58 cm, registrada el 26 de octubre de 1971. Las proyecciones indican que este récord podría ser superado en la próxima semana, dado que no se prevén lluvias significativas en la zona.
La crisis hídrica está afectando severamente la navegación de barcazas, que se ha visto considerablemente reducida. Aunque algunas embarcaciones aún logran transitar, lo hacen con cargas muy limitadas, lo que impacta directamente en la economía regional que depende en gran medida del transporte fluvial.
La pesca, actividad fundamental para la subsistencia de numerosas familias ribereñas, especialmente en comunidades indígenas, también se ha visto gravemente afectada. Los pescadores reportan una escasez significativa de peces, atribuyéndola a la desecación de los riachos que solían ser hábitats ricos en vida acuática.
Frente a esta situación crítica, la Secretaría de Emergencia Nacional comenzó con la distribución de kits de víveres para mitigar el impacto económico en las familias más vulnerables. Sin embargo, esta medida es solo paliativa frente a una crisis que amenaza con prolongarse.
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La situación actual en la cuenca del Pantanal y el río Paraguay pone de manifiesto la urgente necesidad de implementar estrategias de gestión hídrica sostenible y medidas de adaptación al cambio climático. La crisis no solo afecta la biodiversidad única de la región, sino que también pone en riesgo la seguridad alimentaria y económica de miles de personas que dependen de estos ecosistemas acuáticos.
Fuente: ABC Color
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