La tensión dentro del gabinete del presidente Santiago Peña continúa escalando, esta vez con el ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, en el centro de la controversia. Los rumores sobre su posible salida del cargo, impulsados por el vicepresidente Pedro Alliana, han generado un clima de incertidumbre en el Poder Ejecutivo.
Según fuentes del Partido Colorado, Valdovinos no cuenta con el apoyo de ciertos líderes partidarios, particularmente aquellos más cercanos a la militancia de base. La rigidez con la que maneja la economía, según estos sectores, podría obstaculizar el flujo de recursos necesarios para la operativa política, lo que ha intensificado las fricciones dentro del gabinete.
El ministro, sin embargo, tiene el respaldo del expresidente y líder de la ANR, Horacio Cartes, así como del propio presidente Peña, quien considera a Valdovinos una pieza clave en su gestión. Esta protección hace que cualquier intento de desplazarlo sea más complejo, dada la estrecha relación que mantiene con Cartes.
El conflicto no es nuevo. Hace tiempo, la presencia de Lea Giménez como jefa de gabinete ya había causado incomodidad entre algunos intendentes, quienes criticaban su enfoque restrictivo en el gasto público. Alliana, quien fue señalado como responsable de la presión para la salida de Giménez, ha negado estos rumores, aunque su papel en la actual operación contra Valdovinos sigue siendo un tema de debate.
El ministro de Economía es visto como un hombre de confianza de Cartes, habiendo trabajado bajo su dirección en el Banco Central del Paraguay y en el Banco Basa, propiedad de la familia del expresidente. Su relación con Peña es igualmente cercana, habiendo sido su jefe en diversas instituciones antes de que este último asumiera la presidencia.
A pesar de la presión, la salida de Valdovinos no es una decisión sencilla para Peña, ya que su ministerio ha sido fusionado con otras importantes secretarías, otorgándole un poder significativo dentro del gabinete. Además, cuenta con amplias atribuciones legales, otorgadas por el Congreso a solicitud del presidente, que le confieren una notable discrecionalidad en la gestión económica del país.
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La batalla entre los sectores políticos y técnicos en el gobierno de Peña sigue latente, y el desenlace de esta disputa podría redefinir el equilibrio de poder dentro del Ejecutivo. Mientras tanto, el futuro de Valdovinos en el Ministerio de Economía sigue siendo incierto, pero crucial para la estabilidad del gabinete.
Fuente: La Política Online
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