Un preocupante desequilibrio en el mercado laboral paraguayo fue revelado por los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al segundo trimestre de 2024. Mientras que 11.800 hombres lograron insertarse en el mercado laboral, se registró una alarmante pérdida de 48.966 empleos femeninos en comparación con el mismo período del año anterior.
Esta disparidad acentúa la brecha histórica entre géneros en la fuerza laboral paraguaya. De los 2.849.766 individuos que conforman la población ocupada, el 57,7% son hombres, mientras que solo el 42,3% son mujeres. Esta desproporción se ve reflejada en todos los sectores de la economía, aunque con variaciones significativas.
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El sector primario, fuertemente afectado por condiciones climáticas adversas, experimentó la mayor reducción en la población ocupada, con 53.709 personas menos trabajando. En este ámbito, la mano de obra femenina sufrió el golpe más duro, con la salida de 34.584 trabajadoras, principalmente en áreas rurales. En contraste, la reducción en el empleo masculino fue de 19.125 trabajadores.
En el sector secundario, se observó una dinámica mixta. La industria de la construcción, tradicionalmente dominada por mano de obra masculina, mostró signos de recuperación. Sin embargo, la industria manufacturera registró una disminución de 7.465 empleos, de los cuales 10.022 correspondían a mujeres, principalmente en zonas rurales. Esta tendencia se atribuye a la caída del sector primario y su impacto en la agroindustria.
El sector terciario presentó un aumento interanual de 8.527 personas ocupadas, impulsado principalmente por el crecimiento del empleo masculino en áreas como electricidad, gas, agua, transporte, almacenamiento, comunicaciones, finanzas, seguros e inmuebles. En este sector, 19.900 hombres se incorporaron al mercado laboral, en comparación con solo 3.211 mujeres. Curiosamente, el sector terciario es el único donde la presencia femenina es mayoritaria, representando el 53,3% de la población ocupada.
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La reducción del empleo femenino tiene implicaciones que van más allá de las estadísticas laborales. En Paraguay, el 36,8% de las jefaturas de hogar están a cargo de mujeres, lo que significa que sus ingresos están directamente vinculados al bienestar de sus familias. La pérdida de estos empleos podría traducirse en un retorno a situaciones de pobreza y un incremento en la desigualdad económica.
Fuente: ABC.
