El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) ha anunciado una serie de medidas de seguridad para el Parque Guasu Metropolitano, en respuesta a la reciente denuncia de abuso sexual ocurrida en el lugar. Entre las propuestas más llamativas se encuentra el control de cédulas de identidad y números de chapa de vehículos para ingresar al parque, una medida que genera interrogantes sobre su implementación y efectividad.
El incidente que desencadenó estas acciones ocurrió el domingo por la mañana, cuando una joven que realizaba ejercicios en el parque fue abordada por un desconocido y arrastrada a una zona boscosa, donde sufrió el abuso. Este hecho ha puesto en evidencia las vulnerabilidades de seguridad en este espacio público.
En su comunicado, el MOPC expresó solidaridad con la víctima y detalló las “medidas proyectadas” para reforzar la seguridad. Además del control de ingreso, se planea la instalación de cámaras de seguridad y un aumento en el monitoreo por parte del Grupo Lince. Sin embargo, estas propuestas plantean dudas sobre su viabilidad y posible impacto en la experiencia de los visitantes del parque.
La Policía Nacional ha señalado que la zona donde ocurrió el incidente es una reserva y no puede ser manipulada, lo que complica las medidas de seguridad. Aunque el parque tiene un acceso principal controlado, su perímetro es vulnerable, permitiendo entradas por múltiples puntos. Esta realidad geográfica pone en cuestión la efectividad de controlar solo el ingreso principal.
El anuncio de estas medidas ha generado un debate sobre el balance entre seguridad y accesibilidad en los espacios públicos. Mientras que algunos ciudadanos podrían ver con buenos ojos un aumento en los controles, otros podrían considerar estas medidas como excesivas o potencialmente disuasorias para el uso del parque.
La implementación práctica de estas medidas también plantea interrogantes. No está claro cómo se manejaría el flujo de visitantes durante horas pico, ni cómo se almacenaría y protegería la información personal recopilada. Además, surge la pregunta de si estas medidas podrían crear una falsa sensación de seguridad sin abordar las causas fundamentales del problema.
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El MOPC asegura que agentes del Grupo Lince ya realizan recorridos las 24 horas en el parque y que, tras el incidente, se realizó una “barrida” en ambos predios. Sin embargo, estas acciones no fueron suficientes para prevenir el ataque, lo que plantea dudas sobre la efectividad de simplemente aumentar la presencia policial sin un enfoque más integral de seguridad.
Mientras se desarrollan estos planes, queda por ver cómo responderá la comunidad a estas medidas y si realmente lograrán mejorar la seguridad en el Parque Guasu. El desafío para las autoridades será implementar soluciones que protejan a los visitantes sin comprometer la naturaleza abierta y accesible de este espacio público tan valorado por los ciudadanos.
Fuente: Última Hora
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