En la ciudad de Villarrica, Departamento de Guairá, los pobladores buscan que el karumbe, un tradicional medio de transporte a tracción animal, sea reconocido como patrimonio vivo del Paraguay. Este vehículo, que ha sido testigo del crecimiento de la ciudad durante los últimos 84 años, sigue vigente y forma parte esencial de la identidad cultural guaireña.
La propuesta de declarar al karumbe como patrimonio vivo fue presentada por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Villarrica a la Secretaría Nacional de Cultura. Según María Sol Arrúa Ayala, secretaria de la Dirección de Cultura, este vehículo no solo ha sido un medio de transporte, sino que también ha evolucionado junto con la ciudad, convirtiéndose en un símbolo de la historia local.
Celso Acuña, presidente de la Asociación de Karumbeceros, expresó su orgullo ante la posible declaración, destacando que el karumbe ha sido parte de la vida de muchas familias villarriqueñas por generaciones. Este medio de transporte, utilizado tanto para paseos turísticos como para el traslado de cargas, sigue siendo una alternativa popular en la ciudad, contribuyendo al desarrollo del turismo regional.
A lo largo de los años, el uso del karumbe ha enfrentado desafíos, especialmente en cuanto al bienestar de los animales que lo impulsan. Sin embargo, los karumbeceros aseguran que los caballos son cuidados con dedicación, y se trabaja solo hasta el mediodía para no exponerlos a largas jornadas de esfuerzo. Un paseo en karumbe cuesta entre G. 15.000 y G. 30.000, dependiendo de la distancia recorrida, y es una forma de conocer los principales puntos turísticos de Villarrica.
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La historia del karumbe se remonta al año 1940, cuando don Trinidad Benítez, ante la falta de taxis en la ciudad, organizó la adquisición de estos vehículos junto a otros vecinos. Desde entonces, el karumbe ha sido parte de la vida cotidiana en Villarrica, resistiendo el paso del tiempo y adaptándose a los cambios sociales.
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A pesar de las críticas de algunas organizaciones defensoras de los derechos de los animales, que han propuesto sustituir los caballos por motocarros, el karumbe sigue siendo un símbolo vivo de la cultura villarriqueña. La posible declaración como patrimonio vivo representaría no solo un reconocimiento histórico, sino también un impulso para la preservación de esta tradición y el fomento del turismo en la región.
Fuente: Última Hora