La arena política se sacudió esta semana con un intenso intercambio de acusaciones entre figuras clave del escenario nacional, poniendo en el centro del debate la gestión de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) y el legado del gobierno de Mario Abdo Benítez.
El detonante de esta nueva controversia fue la reaparición pública del expresidente Abdo Benítez, quien en un video de 40 minutos difundido en redes sociales, hizo un repaso de sus cinco años de gobierno, destacando los logros en la lucha contra el crimen organizado.“El próximo presidente tendrá que decidir si está al servicio de la ciudadanía o al servicio del crimen organizado”, afirmó Abdo, en lo que muchos interpretan como una velada crítica a la actual administración.
No tardó en llegar la respuesta del actual titular de la SENAD, Jalil Rachid, quien en declaraciones a Radio Monumental, tildó a Abdo de “caradura”. Rachid fue contundente al afirmar: “No es así como él dice. Debería preguntarse muchas cosas, puntualmente en relación con la SENAD durante la gestión de la gente que estuvo acá mientras él fue presidente de la República”.
El ministro Rachid no escatimó en críticas, acusando a la administración anterior de haber “bastardeado” la institución y utilizarla para persecuciones políticas. “No es ningún secreto que acá había gente que perseguía a personas con fines políticos exclusivamente”, señaló, aludiendo a supuestos casos de filtración de información.
Pero la controversia no se detuvo ahí. Rachid fue más allá al sugerir que el “objetivo principal era Horacio Cartes”, afirmando que se “perdía más tiempo en perseguirle a Cartes que en cumplir con los fines misionales de la institución”.
Estas declaraciones provocaron una inmediata reacción de Arnaldo Giuzzio, extitular de la SENAD y exministro del Interior durante el gobierno de Abdo. A través de su cuenta en X, Giuzzio respondió: “Intrascendente como tu trabajo, Jalil. Me tienen sin cuidado tus inventos, los de tu patrón y su mascota. La SENAD es una institución completamente diferente desde nuestra gestión”.
El cruce entre Rachid y Giuzzio pone de manifiesto las profundas divisiones que persisten en el seno del Partido Colorado y, en particular, entre las facciones leales a Abdo Benítez y aquellas alineadas con Honor Colorado, el movimiento liderado por Horacio Cartes.
Este enfrentamiento se da en un contexto político particularmente sensible, con Abdo Benítez aparentemente decidido a reconstruir la mermada disidencia colorada para enfrentar a Honor Colorado en las elecciones municipales de 2026 y en la interna partidaria.
La disputa también revela las tensiones subyacentes en torno a la gestión de la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico, temas que continúan siendo de crucial importancia para la opinión pública paraguaya.
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Mientras tanto, el actual gobierno de Santiago Peña, que acaba de cumplir su primer año de gestión, se encuentra en el ojo del huracán, observado de cerca tanto por sus aliados como por sus detractores en lo que respecta a su manejo de estas delicadas cuestiones.
A medida que se acercan futuras contiendas electorales, es probable que este tipo de enfrentamientos verbales y acusaciones cruzadas se intensifiquen, prometiendo un escenario político cargado de tensión y expectativa en los próximos meses.
Fuente: La Política Online
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