En Paraguay, la crisis de pobreza infantil y seguridad alimentaria sigue siendo una realidad alarmante. Según datos recientes proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), un preocupante 40% de los niños menores de 15 años viven en condiciones de pobreza monetaria. Este dato refleja una profunda desigualdad social que impacta directamente en las generaciones más jóvenes del país.
Iván Ojeda, representante del INE, destacó que la pobreza extrema afecta al 5% de la población paraguaya, lo que equivale a cerca de 289 mil personas. Estas cifras representan a hogares en los que la inseguridad alimentaria es una realidad diaria, con personas que no logran completar todos los alimentos necesarios en un solo día. La incapacidad para acceder a una canasta básica alimentaria coloca a estas familias en una situación crítica, donde su bienestar y desarrollo se ven gravemente comprometidos.
El análisis de la situación laboral también ofrece un panorama preocupante. Ojeda mencionó un incremento de medio punto porcentual en la tasa de desocupación en comparación con el año anterior, lo que representa a 16 mil personas que han quedado sin empleo. Aunque se observó una ligera mejora en la desocupación en el segundo trimestre de 2024, bajando de 6,9% a 6,4%, el desafío del desempleo sigue siendo significativo en el contexto de la pobreza generalizada.
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En retrospectiva, las cifras de pobreza han mostrado cierta mejora desde los niveles alarmantes registrados en 2002, cuando la pobreza afectaba al 50% de la población total y al 70% en zonas rurales. Actualmente, el promedio nacional de pobreza se sitúa en un 22%, con la pobreza rural alrededor del 30%. Sin embargo, estos avances no han sido suficientes para erradicar la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria, que continúan afectando a un segmento considerable de la población.
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El impacto más grave se encuentra entre los menores de 15 años, quienes representan un segmento vulnerable con el 40% viviendo en pobreza. Esta situación requiere de políticas públicas efectivas y sostenibles para garantizar que estos niños puedan tener un futuro más prometedor, libre de las cadenas de la pobreza.
Fuente: Megacadena
