En un acalorado debate parlamentario, el diputado Jatar Fernández desató la polémica al culpar al pueblo paraguayo por la crisis social y educativa que atraviesa el país. Sus declaraciones, que contradicen abiertamente la Constitución Nacional, han generado una ola de críticas y cuestionamientos sobre la responsabilidad del Estado en materia de educación y bienestar infantil.
Durante la sesión de la Cámara de Diputados, Fernández, representante del departamento Central y ex miembro de Cruzada Nacional, arremetió contra sus colegas y la ciudadanía. “Déjense de joder con la responsabilidad de la clase política. La responsabilidad es del pueblo”, espetó el legislador, visiblemente alterado.
El diputado continuó su diatriba acusando a la población de evadir impuestos y realizar conexiones eléctricas ilegales. “El verdadero pueblo es el que paga su impuesto, no se conecta a la ANDE y sale a laburar”, afirmó, ignorando las dificultades económicas que enfrentan miles de familias paraguayas.
Lo más controvertido de su discurso llegó cuando abordó el tema de la natalidad. “No traigan al mundo niños que no pueden alimentar y no pueden educar”, sentenció Fernández, desconociendo flagrantemente los principios constitucionales que garantizan el derecho a la educación y la alimentación de todos los niños paraguayos.
La Constitución Nacional es clara al respecto. El artículo 75 establece que “La educación es responsabilidad de la sociedad y recae en particular en la familia, en el Municipio y en el Estado”. Además, el artículo 76 dispone que “La educación escolar básica es obligatoria. En las escuelas públicas tendrá carácter gratuito”.
En cuanto a la alimentación, la Carta Magna es igualmente explícita. El mismo artículo 75 dicta que “El Estado promoverá programas de complemento nutricional y suministro de útiles escolares para los alumnos de escasos recursos”.
Las declaraciones de Fernández no tardaron en provocar reacciones. El diputado Raúl Benítez respondió con dureza, sugiriendo que su colega está desconectado de la realidad del pueblo paraguayo. “Parece que estar en el quincho tomando whisky y comiendo asado de primer nivel le alejó de la gente”, manifestó Benítez.
El intercambio verbal puso de manifiesto la profunda brecha que existe entre ciertos sectores de la clase política y la realidad cotidiana de los ciudadanos. Mientras algunos legisladores parecen vivir en una burbuja de privilegios, gran parte de la población lucha diariamente para llegar a fin de mes.
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Este episodio ha reavivado el debate sobre la responsabilidad del Estado en la garantía de los derechos fundamentales de los niños y adolescentes. La sociedad paraguaya exige ahora una reflexión profunda sobre el papel de sus representantes y el compromiso real con el bienestar de las futuras generaciones.
Las palabras de Fernández, lejos de aportar soluciones, han expuesto la necesidad urgente de un cambio de mentalidad en la clase política. Paraguay necesita líderes comprometidos con el desarrollo integral de su pueblo, no voces que culpen a los más vulnerables por las falencias del sistema.
Fuente: Extra
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