La renuncia de Lea Giménez como jefa de gabinete del presidente Santiago Peña ha desencadenado una serie de movimientos políticos en el gobierno paraguayo. El Ministro del Interior, Enrique Riera, emerge como el principal candidato para asumir el cargo vacante, lo que podría generar un efecto dominó en otras carteras ministeriales.
La salida de Giménez, lejos de ser considerada una victoria por la dirigencia oficialista, ha abierto un período de incertidumbre y reacomodos en el Ejecutivo. Fuentes cercanas al gobierno indican que la presión ejercida por el ala dura del cartismo sobre Giménez habría sido determinante en su decisión de apartarse, especialmente tras verse obligada a tomar posiciones no consensuadas que podrían afectar intereses familiares y futuros negocios.
Riera, quien ha demostrado capacidad de respuesta frente a las demandas de seguridad, se perfila como la opción más sólida para la jefatura de gabinete. Su eventual nombramiento no requeriría que renuncie a su banca en el Senado, ya que el cargo tiene rango ministerial. Esta interpretación se basa en un precedente jurídico establecido durante la presidencia de Nicanor Duarte Frutos.
En caso de concretarse el ascenso de Riera, el Ministerio del Interior podría quedar en manos de Óscar Pereira, actual viceministro de Seguridad Interna, o de Elisa Ledesma de Duarte, comisaria retirada y actual asesora de Género de la cartera. Ambos cuentan con experiencia en la institución policial y gozan de buena reputación en el sector.
La vocera presidencial, Paula Carró, se ha mostrado cauta al abordar el tema, limitándose a confirmar que Riera continúa en su cargo actual y que cualquier designación será oficializada por el presidente Peña. Esta prudencia refleja la delicadeza del momento político que atraviesa el gobierno.
Entre los nombres que también se barajaron para el puesto dejado por Giménez figuran Turi Cappello, secretario de la Presidencia, y José Alberto Alderete, asesor político de Peña. Sin embargo, Alderete ha perdido apoyo en las últimas semanas, con sectores de la dirigencia cuestionando su falta de respaldo político y su tendencia a priorizar intereses propios.
La reconfiguración del gabinete se produce en un contexto de tensiones internas dentro de la coalición gobernante. Un convencional del departamento Central, que prefirió mantener el anonimato, reveló a LPO que la salida de Giménez no es vista como un triunfo político, pero admitió que existió presión por parte del sector liderado por Horacio Cartes.
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El futuro político de Lea Giménez permanece incierto, aunque se especula con la posibilidad de que sea designada embajadora en Estados Unidos. Esta movida podría interpretarse como un intento de mantener su influencia en el gobierno, pero desde una posición menos expuesta a las presiones internas.
La reestructuración del gabinete representa un desafío significativo para el presidente Peña, quien deberá equilibrar las distintas facciones de su coalición mientras busca mantener la estabilidad y eficacia de su gobierno. Los próximos días serán cruciales para definir el nuevo mapa de poder en el Ejecutivo paraguayo y la dirección que tomará la administración en esta nueva etapa.
Fuente: La Política Online
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