La inseguridad en Asunción ha alcanzado nuevos niveles de absurdo, dejando a los ciudadanos sin palabras y, en este caso, sin mascotas. En un giro inesperado de los acontecimientos, un adicto a las drogas decidió que robar objetos ya no era suficiente y optó por llevarse a “Pandita”, un indefenso perrito shih tzu, dejando a una anciana de 88 años sin su compañero de contención emocional.
El insólito incidente ocurrió el domingo en pleno centro de Asunción, cuando el hermano de Esteban Kriskovich, propietario del can, cometió el error de dejar entrar a un “chespi” a su propiedad y salir en busca de comida para el inesperado visitante. Aprovechando la ausencia momentánea, el adicto decidió que Pandita sería su botín del día, llevándose no solo al perro sino también la tranquilidad de toda una familia.
La desesperación se apoderó de los Kriskovich, quienes iniciaron una búsqueda frenética por redes sociales, convirtiendo a Pandita en el perro más buscado de Asunción por unas horas. Mientras tanto, el ladrón improvisado, probablemente sin saber qué hacer con su peludo botín, decidió venderlo a una veterinaria por la módica suma de 50.000 guaraníes, demostrando que ni siquiera en el mundo del hampa se valora adecuadamente a las mascotas.
En un giro digno de una comedia de enredos, la veterinaria, lejos de ser cómplice, se convirtió en la heroína inesperada de esta historia al comprar a Pandita con la intención de resguardarlo. Cerca de la medianoche, la familia Kriskovich recibió la noticia que tanto esperaban: Pandita había sido localizado, aunque todavía temblaba por la experiencia vivida.
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“Mamá tiene 88 años y este perrito es su contención. Las mascotas son nuestro cable a tierra, toda esa ternura que nos hace falta cada día más”, expresó Esteban Kriskovich, recordándonos que en tiempos de inseguridad, hasta el amor incondicional de una mascota se ha convertido en un bien codiciado por los delincuentes.
El final feliz llegó de la mano de los agentes de la Comisaría 3ª, quienes lograron aprehender al adicto responsable del hurto, poniéndolo a disposición del Ministerio Público. Mientras tanto, Pandita regresó a casa, donde una anciana de 88 años pudo dormir tranquila, sabiendo que su pequeño compañero de vida había vuelto a su lado, dejándonos a todos con la pregunta: ¿Qué será lo próximo que nos robarán en Asunción?
Fuente: ABC Color
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