La participación de la boxeadora argelina Imane Khelif en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha desatado una controversia que trasciende el cuadrilátero. Su reciente victoria sobre la italiana Angela Carini, que duró apenas 46 segundos, ha reavivado debates sobre la elegibilidad en el boxeo olímpico femenino.
Khelif, de 25 años, se clasificó a los cuartos de final en la categoría de 66 kilos tras el abandono de Carini, quien recibió un golpe en la cara protegida por la careta a los 30 segundos de iniciado el combate. La italiana solicitó la retirada tras un breve reinicio, alegando un fuerte dolor en la nariz.
Esta situación ha puesto a Khelif, junto con la taiwanesa Lin Yu-ting, bajo un intenso escrutinio. Ambas atletas fueron objeto de polémica el año pasado cuando la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) las descalificó de los Campeonatos del Mundo femeninos en India, citando incumplimiento de “criterios de elegibilidad”.
El Comité Olímpico Internacional (COI), a través de su portavoz Mark Adams, ha enfatizado que la controversia no está relacionada con cuestiones transgénero. Adams declaró: “Debe quedar absolutamente claro para todos, no es una cuestión transgénero. Creo que es muy importante decir que esto no es una cuestión transgénero”.
La IBA, no reconocida por el COI desde 2019, ha mantenido la confidencialidad sobre los detalles específicos de las pruebas realizadas. Sin embargo, el COI ha mencionado “altos niveles de testosterona” como factor relevante en la descalificación previa.
En respuesta al reciente combate, la IBA emitió un comunicado afirmando que las boxeadoras “no se sometieron a un examen de testosterona, sino a una prueba independiente y reconocida, cuyos detalles son confidenciales”. La organización sostiene que estas pruebas indicaron «ventajas competitivas» sobre otras contendientes.
El COI, por su parte, ha respaldado la participación de Khelif en París 2024, afirmando que todos los atletas en el torneo de boxeo cumplen con las normas de elegibilidad, inscripción y regulaciones médicas aplicables.
La situación ha generado críticas hacia Khelif, incluyendo acusaciones infundadas sobre su identidad de género. Es importante destacar que en Argelia, país de origen de Khelif, la comunidad LGBTIQ+ enfrenta una fuerte represión, y el cambio de identidad no está permitido.
Carini, la rival de Khelif en el reciente combate, expresó su decisión de abandonar para proteger su integridad. “No fui capaz de terminar el combate, sentí un fuerte dolor en la nariz”, declaró a BBC Sport, añadiendo: “No tuve miedo, no temo al ring. No temo recibir los golpes. Pero hay un final para todo”.
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Por su parte, Khelif ha mantenido su enfoque en la competencia, declarando: “Estoy aquí por el oro: lucho contra todo el mundo”. La boxeadora argelina, que ha perdido nueve veces en 50 combates a lo largo de su carrera, se prepara para enfrentar a la húngara Anna Luca Hamori en la siguiente ronda.
Esta controversia plantea interrogantes sobre el futuro del boxeo olímpico. Steve Bunce, analista de boxeo de la BBC, considera la situación como “un desastre absoluto” que perjudica al deporte en un momento crucial. Sin embargo, también señala que algunas ex rivales de Khelif han afirmado que “no es una tramposa”, añadiendo complejidad al debate sobre su participación.
Fuente: BBC News Mundo
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