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La cruda realidad de los medicamentos oncológicos: entre la escasez y la sobrefacturación

Pacientes oncológicos enfrentan una crisis doble: escasez de medicamentos en hospitales públicos y precios exorbitantes en farmacias privadas.

Paraguay enfrenta una crisis silenciosa que afecta a miles de sus ciudadanos. La lucha contra el cáncer, ya de por sí desafiante, se ve agravada por un sistema de salud que parece estar fallando a quienes más lo necesitan. Una investigación exhaustiva ha revelado una realidad alarmante: mientras los hospitales públicos sufren de escasez crónica de medicamentos oncológicos, las farmacias del sector privado los ofrecen a precios exorbitantes, dejando a los pacientes en una encrucijada desesperante.

El panorama del cáncer en Paraguay

Según los datos proporcionados por el Departamento de Bioestadística del Instituto Nacional del Cáncer (INCAN), entre 2018 y 2023, se registraron 14.373 casos de diferentes tipos de cáncer en el país. El cáncer de mama lidera la lista con 2.991 casos, seguido por el de cuello uterino con 2.576 y el de próstata con 935. Estas cifras no son solo números; representan vidas, familias y comunidades enteras afectadas por esta enfermedad.

El sistema de salud paraguayo ofrece opciones tanto públicas como privadas para el tratamiento del cáncer. El Instituto de Previsión Social (IPS), por ejemplo, atiende anualmente entre 3.500 y 4.000 casos nuevos de tumores sólidos en adultos y niños. Por su parte, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, a través del INCAN, ofrece tratamiento gratuito. Sin embargo, la realidad en el terreno dista mucho de ser ideal.

La crisis de abastecimiento

Uno de los problemas más acuciantes es la falta de abastecimiento regular de medicamentos oncológicos en el sector público. Tomando como ejemplo el FILGRASTIM, un medicamento crucial para prevenir la neutropenia en pacientes con cáncer, se observa que el Instituto de Previsión Social (IPS) no ha realizado licitaciones para su adquisición desde 2018. Por su parte, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM/UNA) realizó su última licitación en 2020. Esta situación deja a los pacientes sin otra opción que recurrir al sector privado, donde los precios son significativamente más altos.

 La sobrefacturación: Un problema sistémico

La investigación reveló diferencias de precios alarmantes entre el sector público y privado. Por ejemplo, FILGRASTIM, que en licitaciones públicas se adquirió por Gs. 28.125 en IPS y por Gs. 504.000 en el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS), se vendió en farmacias del sector privado  a Gs. 1.240.000 y Gs. 945.000 en el 2018, lo que representa un aumento del 246% y 3.360%, respectivamente. Esta diferencia no puede explicarse únicamente por costos operativos o márgenes de ganancia razonables.

El caso del ÁCIDO ZOLEDRÓNICO es igualmente preocupante. En una licitación para la FCM, la empresa LIBRA PARAGUAY S.A. vendió el medicamento a Gs. 218.750 por unidad. Sin embargo, la misma empresa lo vendió al MSPBS a Gs. 1.079.812 por unidad en otra licitación. En farmacias del sector privado, el precio alcanza los Gs. 2.585.000, lo que representa un aumento de 1181% respecto al precio más bajo de licitación.

Fluctuaciones de precios y falta de transparencia

La investigación también reveló fluctuaciones significativas en los precios de los medicamentos en el sector privado. Por ejemplo, la cadena de farmacias FARMAOLIVA mostró variaciones en el precio del FILGRASTIM durante un solo mes, mientras que otras cadenas mantuvieron precios constantes pero igualmente elevados. Esta falta de consistencia en los precios sugiere que no existe un criterio claro o transparente para su fijación.

Verificadas las tres webs para la actualización de los precios de venta al público, el resultado arrojado el 30 de julio de 2024 es el siguiente:

Nuevamente no encontramos relación de precios con respecto al costo real del medicamento. La fijación de precios es claramente al libre albedrío de cada empresa farmacéutica.

 El marco regulatorio y sus fallas

La fijación de precios de medicamentos en Paraguay está regulada por la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (DINAVISA), bajo la Ley Nº 1119/97 y el Decreto N° 20996/98. Según estas normativas, el precio máximo de venta al público para medicamentos importados debería calcularse multiplicando el costo en depósito del producto terminado, más el costo de control de calidad cuando correspondiere, por el coeficiente máximo 2 más IVA. Sin embargo, la investigación sugiere que esta fórmula no se está aplicando de manera consistente.

Uno de los mayores obstáculos para la transparencia es la negativa de DINAVISA a revelar los precios de importación declarados por las farmacéuticas, alegando que es información confidencial. Esta práctica va en contra de la Ley de Transparencia y deja a los consumidores en una posición vulnerable, sin acceso a información crucial sobre cómo se fijan los precios de los medicamentos que necesitan para salvar sus vidas.

 El impacto humano

La crisis no es solo un asunto de números y regulaciones. Tiene un impacto directo y devastador en la vida de los pacientes y sus familias. Durante la pandemia de COVID-19, se hicieron públicos varios casos de pacientes oncológicos que no podían acceder a sus medicamentos. Uno de los casos más emblemáticos fue el de una paciente que se encadenó a las rejas del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social en Asunción, en un acto desesperado por llamar la atención sobre la falta de medicamentos.

A cuatro años del inicio de la pandemia, pacientes oncológicos siguen encadenándose a las rejas del MSPBS exigiendo respeto a su dignidad como seres humanos.

La búsqueda de alternativas

Ante esta situación, muchos paraguayos se ven obligados a buscar alternativas en países vecinos. La ciudad argentina de Clorinda se ha convertido en un destino popular para la compra de medicamentos oncológicos. Por ejemplo, el FILGRASTIM, que en farmacias paraguayas se vende a más de 1 millón de guaraníes, puede encontrarse en Clorinda donde los precios sin descuento en farmacias son abismalmente más bajos. Consultamos con farmacias de la ciudad del país vecino y estos fueron los precios que nos proporcionaron:

FILGRASTIM

FARMACIAS ARGENTINAS

PRECIO SIN DESCUENTO EN GUARANÍES

Clorinda

55.000

El Litoral

135.000

Santa Catalina

360.000

Esta diferencia de precios pone de manifiesto la magnitud del problema en Paraguay y plantea serias preguntas sobre la equidad en el acceso a medicamentos esenciales.

 Sobrefacturación calculada con base al último precio de importación estimado en 2020 en la web de tres cadenas de farmacias en 2023

El papel de las autoridades y la necesidad de reforma

El artículo 7 del Decreto N° 20996/98 establece que las autoridades deben controlar los precios de los medicamentos. Sin embargo, la evidencia sugiere que este control es inexistente o ineficaz. La falta de supervisión ha permitido que los precios se fijen de manera arbitraria, dejando a los pacientes a merced de un mercado que parece priorizar las ganancias sobre la salud pública.

Conclusiones y camino a seguir

La investigación pone de manifiesto una crisis sistémica en el manejo de medicamentos oncológicos. Los problemas de abastecimiento en el sector público, combinados con la sobrefacturación en el sector privado, crean una situación insostenible para los pacientes con cáncer. Es evidente que se necesita una reforma integral que aborde:

  1. La transparencia en la fijación de precios de medicamentos.
  2. El fortalecimiento de los mecanismos de control y supervisión por parte de las autoridades.
  3. La mejora en los procesos de licitación y abastecimiento en el sector público.
  4. La implementación de políticas que garanticen el acceso equitativo a medicamentos esenciales.

El cáncer no espera, y cada día que pasa sin abordar estos problemas es un día más de sufrimiento innecesario para miles de paraguayos. Es imperativo que las autoridades, el sector privado y la sociedad civil trabajen juntos para encontrar soluciones urgentes y duraderas. La salud y la vida de los ciudadanos están en juego, y Paraguay no puede darse el lujo de seguir ignorando esta crisis.