En un evento que desdibuja los límites entre partido y Estado, los ministros Carlos María Baruja y Aldo Tadeo comparecieron ante la cúpula de la Asociación Nacional Republicana (ANR) para exponer sobre los programas sociales Che Róga Porã y Hambre Cero. Esta inusual rendición de cuentas, realizada ante el expresidente Horacio Cartes y la dirigencia colorada, pone de manifiesto la profunda influencia que el partido ejerce sobre la administración pública.
La Junta de Gobierno de la ANR, en una declaración que ha generado controversia, proclamó abiertamente que el partido está “orientando al Estado”. Esta afirmación no solo revela la estrecha relación entre la agrupación política y el aparato estatal, sino que también suscita preocupaciones sobre la independencia de las instituciones públicas y la separación de poderes.
Ministro @tadeorojasm y equipo técnico del @MDSParaguay, presentó informe sobre el proceso del programa emblemático del Gobierno del Paraguay #HambreCeroEnLasEscuelas, ante los miembros de la Junta de Gobierno de la ANR. pic.twitter.com/Lc74ONxngF
— # (@ElRolfi_Py) August 1, 2024
Durante la presentación, el ministro Tadeo reconoció la existencia de irregularidades en las licitaciones para el alimento escolar, un componente crucial del programa Hambre Cero. Esta admisión, realizada en el seno del partido y no ante instancias oficiales de control, subraya la peculiar dinámica de rendición de cuentas que opera en el país.
Por su parte, Horacio Cartes aprovechó la oportunidad para reivindicar la gestión del presidente Santiago Peña, consolidando así su papel como figura central en la toma de decisiones del gobierno, a pesar de no ostentar un cargo oficial. Este respaldo público refuerza la percepción de que el expresidente mantiene una influencia significativa en la dirección política del país.
La exposición de programas gubernamentales en un foro partidario plantea interrogantes sobre la transparencia y la equidad en la implementación de políticas públicas. ¿Están estos programas diseñados para beneficiar a todos los paraguayos por igual, o existe un sesgo hacia los simpatizantes del partido colorado?
Asimismo, la presentación de Che Róga Porã, un programa de vivienda social, ante la cúpula partidaria antes que ante la ciudadanía o el Congreso, sugiere una priorización de los intereses partidarios sobre los nacionales. Esta práctica podría comprometer la objetividad en la asignación de recursos y beneficios.
El evento también pone de relieve la concentración de poder en manos de la ANR, que parece operar como un gobierno paralelo, supervisando y dirigiendo las acciones del Ejecutivo. Esta dinámica plantea serios cuestionamientos sobre la salud democrática del país y la verdadera separación entre partido y Estado.
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En un sistema democrático robusto, la rendición de cuentas debería realizarse ante los ciudadanos y los órganos de control establecidos constitucionalmente, no ante las estructuras partidarias. La normalización de esta práctica podría socavar los principios de gobernanza transparente y responsable que son fundamentales para el desarrollo de una democracia sólida en Paraguay.
Fuente: La Política Online