La propuesta de reforma del transporte público está generando diversas reacciones entre los actores involucrados. Mientras algunos gremios expresan preocupación y escepticismo, otros ven con optimismo los cambios propuestos por el gobierno. Esta situación ha puesto de manifiesto la complejidad del tema y la necesidad de un diálogo abierto y constructivo.
César Ruiz Díaz, presidente del Centro de Empresarios de Transporte de Pasajeros del Área Metropolitana (Cetrapam), ha expresado su descontento con el manejo del Viceministerio de Transporte (VMT) en la elaboración y socialización del proyecto de ley. Ruiz Díaz calificó la primera reunión como un simple “focus group”, cuestionando la seriedad del proceso y la falta de información detallada sobre los alcances de la reforma.
Por su parte, el viceministro de Transporte, Emiliano Fernández, ha intentado calmar las aguas afirmando que el proyecto aún está en fase de desarrollo. Fernández sostiene que es prematuro hablar de resistencia o tensión, ya que el plan sigue siendo un borrador en proceso de elaboración.
En contraste con la postura de Cetrapam, Rolando Zuccolillo de la Federación de Transportistas del Área Metropolitana (Fetram) se muestra optimista. Zuccolillo ve con buenos ojos la propuesta, destacando que se centra en mejorar el servicio al pasajero y abre la posibilidad de licitaciones internacionales.
Tanto el gobierno como los gremios coinciden en que la electromovilidad es el camino a seguir. Sin embargo, reconocen que hay muchos detalles por abordar para hacer de esta visión una realidad. La implementación de tecnologías más limpias y eficientes representa un reto significativo para el sector.
Adrián Pereira, de la Organización de Pasajeros del Área Metropolitana, lamenta la falta de inclusión activa de los usuarios en las discusiones sobre la reforma. Pereira señala que, a pesar de las reuniones con el VMT, no perciben un panorama claro de los objetivos de la renovación del sistema.
La apertura a licitaciones internacionales es uno de los puntos más discutidos de la propuesta. Mientras algunos ven esto como una oportunidad para mejorar el servicio, otros temen por el impacto en las empresas locales y los trabajadores del sector.
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La reforma plantea interrogantes sobre el futuro de las actuales concesionarias. Algunos empresarios, según Zuccolillo, estarían dispuestos a entregar sus permisos, lo que podría facilitar la transición hacia un nuevo modelo de servicio.
La falta de socialización del borrador del proyecto de ley con la opinión pública ha generado incertidumbre y especulaciones. Una mayor transparencia y un diálogo más abierto podrían ayudar a disipar dudas y construir consensos.
Fuente: ABC Color
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