Jugadores de 2 de Mayo y Cerro Porteño se disputan el balón. Foto: Prensa APF
La noche pedrojuanina se vistió de emociones y sorpresas cuando Cerro Porteño visitó a 2 de Mayo en un partido que quedará en la memoria por más de un motivo. El “Ciclón” llegó con la intención de sumar tres puntos, pero se encontró con un rival aguerrido y un inesperado apagón que cambió el rumbo del encuentro.
Desde el pitazo inicial, los azulgranas mostraron sus credenciales. La velocidad de Juan Iturbe y Derlis Rodríguez por las bandas ponía en aprietos a la defensa local. El “Gallo” intentaba contener la avalancha cerrista, pero le costaba encontrar el camino para generar peligro en el arco rival.
Cuando el partido parecía trabado, apareció la magia de Fernando Fernández. El delantero sacó un conejo de la galera con un remate espectacular desde fuera del área que se coló en el ángulo, dejando sin chances al arquero local. El estadio enmudeció, pero la alegría azulgrana duró poco.
En pleno festejo del gol, las luces se apagaron. Un corte de energía eléctrica sumergió el estadio en la oscuridad, generando un paréntesis inesperado en el juego. Minutos de incertidumbre que el técnico local, Felipe Giménez, aprovechó para replantearse la estrategia.
Con el reinicio del partido, 2 de Mayo mostró otra cara. Los cambios de Giménez, introduciendo a Jesús Llano y Franco Costa, revitalizaron al equipo local. El tradicional 4-1-4-1 del “Gallo” comenzó a hacer mella en un Cerro Porteño que perdía el dominio del juego.
El segundo tiempo fue otro partido. 2 de Mayo se adueñó de la pelota y las ocasiones de gol. La presión local se intensificó cuando, a los 73 minutos, Jorge Morel vio la roja directa por una entrada brusca en el área. Cerro Porteño se quedaba con diez y su ventaja pendía de un hilo.
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El gol del empate era cuestión de tiempo. Franco Costa, uno de los revulsivos de Giménez, encontró el premio a la insistencia local igualando el marcador sobre el final. El estadio explotó de alegría, mientras los azulgranas lamentaban los puntos perdidos.
Los minutos finales fueron un asedio constante del local, que incluso tuvo chances para llevarse los tres puntos. Sin embargo, la falta de puntería y algo de fortuna para Cerro Porteño mantuvieron el 1-1 definitivo. Un resultado que deja sabor a poco para ambos equipos, pero que refleja lo intenso y cambiante que fue el partido.
Fuente: Versus
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