La paradoja digital: Niños sobreprotegidos en la vida real, pero abandonados en el ciberespacio

En la era digital que vivimos, donde la tecnología se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas, surge una preocupante paradoja que afecta directamente a los más jóvenes de nuestra sociedad. Mientras los padres tienden a sobreproteger a sus hijos en el mundo físico, parecen descuidar su seguridad en el ámbito digital, exponiéndolos a riesgos potencialmente graves. Esta situación ha llevado a expertos en ciberseguridad, como Miguel Gaspar, a alzar la voz de alarma y hacer un llamado urgente a la acción.

Gaspar, reconocido especialista en el campo de la seguridad informática, ha expresado su profunda preocupación por la innecesaria sobreexposición a Internet a la que se somete actualmente a los niños. Su experiencia en el manejo de denuncias relacionadas con el uso de cámaras y celulares en entornos escolares le ha permitido identificar un patrón alarmante de comportamiento tanto en padres como en instituciones educativas.

El experto enfatiza que los smartphones no fueron diseñados pensando en los niños como usuarios principales. Sin embargo, la sociedad parece tratar a los menores como adultos en lo que respecta a la recolección de sus datos personales, el manejo de su información y la estimulación constante para mantenerlos conectados. Esta discrepancia entre la realidad tecnológica y las necesidades de protección de los menores crea un escenario propicio para potenciales abusos y riesgos.

Una de las principales críticas de Gaspar se dirige hacia las aplicaciones y plataformas digitales que, aunque establecen edades mínimas para su uso (generalmente 6, 12 o 14 años), incluyen cláusulas que mencionan o la edad legal donde el servicio sea utilizado. Esta ambigüedad legal, según el experto, no es más que una estrategia para descargar la responsabilidad sobre los padres, cumpliendo con las exigencias legales de sus países de origen, pero sin realmente proteger a los menores usuarios.

El uso de WhatsApp en entornos escolares es otro punto de preocupación para Gaspar. Cuestiona la práctica cada vez más común de crear grupos de WhatsApp para la gestión de tareas escolares, argumentando que esta aplicación no está diseñada para niños. Dirigiéndose directamente al Ministro de Educación y Ciencias, Luis Ramírez, el experto pregunta si existe algún lineamiento oficial que avale esta práctica, a la que califica de barbaridad.

En lugar de fomentar el uso de aplicaciones de mensajería instantánea en las escuelas, Gaspar propone una alternativa radical: la introducción de la ciberseguridad como parte del currículo educativo desde los primeros años de escolarización. Sugiere que este tema se aborde de manera lúdica, comenzando desde el nivel de prejardín, con el objetivo de preparar a los niños para los desafíos digitales que enfrentarán en el futuro, en lugar de exponerlos prematuramente a riesgos como el sexting, el acceso a contenido pornográfico o la sobreexposición en plataformas como TikTok.

La crítica de Gaspar se extiende también a los educadores, a quienes insta a mantener límites claros en su interacción digital con los estudiantes. Afirma categóricamente que los profesores y maestros no deberían tener a sus alumnos como contactos en redes sociales, argumentando que esta práctica difumina las líneas profesionales y puede llevar a situaciones comprometedoras.

El experto no se limita a criticar las prácticas actuales, sino que también cuestiona las justificaciones comúnmente utilizadas por los padres para permitir el uso temprano de tecnología y redes sociales. Argumentos como los compañeritos tienen o mi hijo será excluido si no tiene acceso a ciertas aplicaciones son, según Gaspar, excusas que revelan una falta de comprensión sobre los verdaderos riesgos a los que se expone a los menores en el mundo digital.

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La pandemia y el consecuente aislamiento social han sido frecuentemente citados como razones para flexibilizar las restricciones digitales para los niños. Sin embargo, Gaspar advierte que esta justificación es insuficiente frente a los peligros potenciales que representa la exposición temprana a plataformas como TikTok, Instagram o Snapchat, las cuales, insiste, no están diseñadas para usuarios menores de edad.

El mensaje central de Gaspar se resume en una frase contundente: Sobreprotegen a los chicos en el mundo físico y los abandonan en el mundo digital. Esta afirmación pone de manifiesto la urgente necesidad de reevaluar nuestro enfoque hacia la seguridad digital de los menores. El experto insta a los padres a cuestionar sus propias motivaciones y a considerar alternativas más seguras para la socialización y el desarrollo de sus hijos en la era digital.

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La solución, según Gaspar, no radica en ceder ante la presión social o tecnológica, sino en buscar activamente formas de proteger a los niños en el ámbito digital con el mismo celo con el que se les protege en el mundo físico. Esto implica una mayor educación tanto para padres como para educadores sobre los riesgos cibernéticos, la implementación de políticas escolares más estrictas en cuanto al uso de tecnología, y un esfuerzo concertado para desarrollar alternativas seguras que permitan a los niños beneficiarse de la tecnología sin exponerse a peligros innecesarios.

Fuente: El Nacional 

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