Imagínate por un momento que estás sentado en una sala íntima, las luces se atenúan y el sonido de un piano comienza a acariciar tus oídos. Una voz, cálida y evocadora, se eleva en el aire. Estás a punto de embarcarte en un viaje musical por el corazón mismo del Paraguay, guiado por dos artistas excepcionales: Yenia y Rodrigo Quintás.
El viernes 26 de julio, el Centro Cultural Kuarahy se convertirá en el escenario de “Delta nuestro”, un espectáculo que promete ser mucho más que un simple concierto. Es una experiencia multisensorial que fusiona la música, el teatro y la poesía en un abrazo creativo que te transportará a través de las historias y emociones que fluyen por las venas de nuestra tierra.
Yenia, con su voz rica en matices y su pluma afilada, te llevará de la mano por los recovecos de su último disco “Paraguay delta”. Cada canción es un pequeño universo en sí mismo, un retrato sonoro de nuestra identidad colectiva. Desde “La valija”, que evoca la nostalgia del que parte, hasta “Tan Asunción”, que captura la esencia misma de nuestra capital, cada tema te tocará una fibra diferente del alma.
Pero no estarás solo en este viaje. El talento prodigioso de Rodrigo Quintás al piano será tu compañero de ruta. Sus dedos danzarán sobre las teclas, creando paisajes sonoros que complementan y elevan la poesía de Yenia. Juntos, han creado nuevas canciones que escucharás por primera vez, como “Un viento sur” y “Juramento en Polca”, fusionando sus estilos en una alquimia musical única.
Y cuando creas que ya lo has visto todo, el espectáculo te sorprenderá con un giro inesperado. Un monólogo teatral, creado en colaboración con el titiritero Edu García, irrumpirá en escena. Este personaje, pequeño en tamaño pero grande en presencia, será el hilo conductor que entrelazará las canciones, añadiendo una capa adicional de narrativa y emoción a la experiencia.
Pero “Delta nuestro” es más que la suma de sus partes. Es un testimonio del poder de la colaboración artística. Yenia y Quintás llevan dos años puliendo este espectáculo, llevándolo de la grabación al escenario y de vuelta al estudio. El resultado es una propuesta madura, rica en texturas y significados, que refleja no solo el talento individual de cada artista, sino también la magia que surge cuando dos creadores sintonizan en la misma frecuencia.
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Mientras te sumerges en las melodías de “Apuntes de casa” o te dejas llevar por el ritmo de “Yo, La Monday”, recuerda que estás siendo testigo de un momento único en la escena cultural paraguaya. Estás presenciando la confluencia de dos ríos creativos que, al unirse, forman un delta musical que nutre y enriquece nuestro paisaje artístico.
Al salir del Centro Cultural Kuarahy esa noche, llevarás contigo más que recuerdos de un concierto. Llevarás fragmentos de historias, ecos de melodías y, sobre todo, una renovada conexión con la esencia misma de lo que significa ser paraguayo. Porque en cada nota, en cada verso, en cada silencio de “Delta nuestro”, late el corazón de nuestra tierra, nuestras raíces y nuestros sueños compartidos.
Fuente: E’a
