El hallazgo del cuerpo sin vida de Miguel Candia Ríos, un músico de 37 años, ha sacudido a la comunidad de Yasy Cañy, en el departamento de Canindeyú. Encontrado desnudo entre la maleza de Primera Línea, su muerte ha sido envuelta en un manto de misterio y superstición, con numerosos vecinos atribuyendo el trágico suceso a la intervención del Pombero, una entidad mitológica del folclore paraguayo.
Según los informes policiales, los vecinos aseguraban que Candia Ríos había sido acosado constantemente por el Pombero. El suboficial Alfredo Ibarra, jefe de la subcomisaría 27, indicó que el músico solía compartir historias sobre el Karai Pyhare, mencionando que sentía su presencia y que, durante la noche, experimentaba la sensación de que alguien se acostaba a su lado.
Pese a estas inquietantes declaraciones, las investigaciones policiales arrojan otra luz sobre los hechos. El cuerpo de Candia Ríos presentaba varias heridas y golpes en la cabeza, aparentemente causados por animales silvestres. Además, el informe forense determinó que la causa de su muerte fue súbita, descartando así la intervención de cualquier fuerza sobrenatural.
Miguel Candia Ríos vivía solo, ya que su esposa residía en España y sus hijos solo lo visitaban ocasionalmente. Era conocido por su afición a la caña, una bebida alcohólica, y algunos vecinos creen que su negativa a compartir esta bebida con el Karai Pyhare pudo haber desencadenado el supuesto acoso.
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El caso pone de relieve la persistente influencia de las creencias populares en las comunidades rurales de Paraguay, donde las leyendas sobre seres míticos como el Pombero aún tienen un fuerte arraigo. Sin embargo, las autoridades subrayan la importancia de basar las investigaciones en evidencias científicas y no en supersticiones.
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La tragedia de Candia Ríos resalta el desafío de equilibrar el respeto por las tradiciones culturales con la necesidad de aplicar métodos racionales y científicos en la resolución de incidentes trágicos. Mientras la comunidad de Yasy Cañy procesa esta pérdida, el caso sigue siendo un recordatorio de cómo las creencias ancestrales pueden influir en la percepción de la realidad y en la respuesta ante la muerte.
Fuente: Megacadena – Del Paraguay
