Un tribunal ruso ha sentenciado al reportero estadounidense Evan Gershkovich a 16 años de prisión por cargos de espionaje. El veredicto, emitido con inusual rapidez, ha sido ampliamente criticado como una farsa judicial.
Gershkovich, de 32 años y corresponsal de The Wall Street Journal, fue detenido en marzo de 2023 en Ekaterimburgo, a 1.400 kilómetros al este de Moscú. Desde entonces, ha permanecido recluido en la prisión moscovita de Lefortovo, negando consistentemente las acusaciones en su contra.
La fiscalía rusa alegó que Gershkovich recopiló información secreta sobre una empresa fabricante de tanques para la guerra en Ucrania, por orden de la CIA. Tanto el periodista como su empleador han rechazado categóricamente estas acusaciones, insistiendo en que simplemente realizaba su labor periodística.
El juicio, celebrado a puerta cerrada, constó de solo tres vistas, lo que ha alimentado especulaciones sobre un posible acuerdo de intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia. La rapidez del proceso judicial ha sido interpretada como un indicio de que las autoridades rusas podrían estar preparando el terreno para negociaciones.
La embajada de Estados Unidos en Moscú ha denunciado la falta de pruebas que justifiquen la detención de Gershkovich, calificando el proceso como una persecución al periodismo independiente. Por su parte, The Wall Street Journal ha mantenido que su reportero se limitaba a cumplir con su deber profesional.
Gershkovich se convierte así en el primer periodista estadounidense procesado por espionaje en Rusia desde la Guerra Fría, un hecho que ha tensado aún más las ya complicadas relaciones entre Washington y Moscú.
El caso ha generado una ola de solidaridad internacional hacia Gershkovich y ha puesto de relieve los riesgos que enfrentan los periodistas extranjeros que trabajan en Rusia. Organizaciones de derechos humanos y de libertad de prensa han condenado el veredicto, calificándolo de ataque a la libertad de expresión.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
La sentencia de Gershkovich coincide con la de Paul Whelan, ex marine estadounidense también condenado por espionaje en Rusia en 2020. Estos casos han intensificado los llamados a la diplomacia para lograr la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en Rusia.
Mientras tanto, la comunidad internacional aguarda con expectación los próximos movimientos diplomáticos entre Estados Unidos y Rusia, en un escenario geopolítico ya de por sí tenso debido al conflicto en Ucrania y otras disputas bilaterales.
Fuente: Infobae
Esta web usa cookies.