Una extensa operación policial internacional ha culminado con el desmantelamiento de lo que se considera la mayor red de tráfico de estupefacientes mediante veleros entre Sudamérica y Europa. El operativo, liderado por las autoridades españolas en colaboración con organismos de seguridad de Noruega, Estados Unidos, Reino Unido y el Centro Europeo de Operaciones Marítimas contra el Narcotráfico, ha resultado en la detención de 50 individuos en diversos países.
Las acciones policiales se desarrollaron simultáneamente en múltiples locaciones, incluyendo varias ciudades españolas, así como en Panamá, Colombia, Trinidad y Tobago, Portugal, Noruega, Bulgaria y Reino Unido. De los 50 detenidos, 26 fueron aprehendidos en territorio español, entre los cuales se encuentran 16 ciudadanos noruegos.
La magnitud de la operación se refleja en el volumen de las incautaciones realizadas. Según el comunicado emitido por la Policía española, se decomisaron 1.500 kilogramos de cocaína, ocho embarcaciones, 36 vehículos y más de 85 dispositivos de comunicación. Estas cifras subrayan la envergadura de la red criminal desarticulada y el impacto potencial de sus actividades en el mercado ilícito de drogas europeo.
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La investigación, que se inició en junio de 2020 en colaboración con las autoridades británicas, permitió identificar a una organización con base en España que operaba canales de tráfico internacional de cocaína desde Sudamérica hacia Europa. Los investigadores descubrieron que la red criminal utilizaba un entramado de embarcaciones registradas a nombre de terceros para encubrir sus actividades ilícitas.
El modus operandi de la organización involucraba operaciones desde las Islas Canarias, estableciendo rutas marítimas hacia Sudamérica. La coordinación de los transportes y las negociaciones con los proveedores de la droga se realizaban desde el sur de la península ibérica, empleando sofisticados sistemas de comunicación cifrada para evadir la detección.
Un aspecto destacado de la investigación fue la identificación del líder de la organización, apodado «el profesor», quien se encargaba de reclutar a los tripulantes de los veleros. Se cree que este individuo llevaba más de dos décadas involucrado en el narcotráfico y mantenía estrechos vínculos con cárteles colombianos y mexicanos, coordinando la producción y el transporte de los estupefacientes.
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El aspecto financiero de la operación criminal también fue objeto de escrutinio. Los beneficios obtenidos del tráfico de drogas eran reinvertidos en nuevas operaciones y blanqueados a través de una red de empresas establecidas en varios países. En la Costa del Sol española, miembros del Balkan Cártel, integrados en la organización, mantenían un estilo de vida ostentoso y participaban en negocios aparentemente legítimos para encubrir sus actividades ilícitas.
Fuente: Última Hora.
