Foto: La Prensa / Argentina
Un reciente decreto presidencial emitido por Santiago Peña, que regula la distribución y venta de combustibles en Paraguay, generó una ola de inquietud en el sector privado, llegando incluso a poner en duda la permanencia de la multinacional Shell en el país. Este documento legal, que aparentemente favorece a la empresa estatal Petropar, fue objeto de fuertes críticas por parte de diversos actores del ámbito empresarial.
Luis Ortega, director Ejecutivo de Raizen Shell en Paraguay, expresó su desconcierto ante la medida gubernamental en declaraciones a la Megacadena. Ortega calificó la decisión como “inadmisible” y sugirió que el presidente podría estar “mal asesorado”. El ejecutivo advirtió sobre las posibles consecuencias negativas de este decreto, incluyendo la potencial salida de inversores internacionales y un aumento en la búsqueda de mejores ofertas de combustible fuera del territorio nacional por parte de los ciudadanos.
Una de las disposiciones más controvertidas del decreto es el requisito de contar con tanques exclusivos de 16 millones de litros para la venta de combustible búnker. Ortega señaló la incongruencia de esta exigencia, dado que la venta mensual de este producto no supera los 11 millones de litros. Además, reveló que las consultas realizadas al Ministerio de Industria y Comercio sobre la posibilidad de utilizar múltiples tanques para cumplir con el volumen requerido fueron rechazadas.
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El representante de Shell en Paraguay expresó su frustración ante lo que percibe como un decreto diseñado para otorgar exclusividad a Petropar. Cuestionó la estrategia de hacer eficiente a una empresa estatal mediante decretos, argumentando que esto crea condiciones de competencia injustas para el sector privado.
La situación llevó a Ortega a comunicarse con sus superiores a nivel internacional, quienes manifestaron que el panorama actual en Paraguay difiere significativamente del que evaluaron antes de su retorno al país. Esta incertidumbre pone en riesgo contratos existentes y compromisos adquiridos por la empresa.
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El ejecutivo concluyó sus declaraciones expresando su preocupación por los cambios frecuentes en las condiciones de operación. Señaló que estos ajustes repentinos en las reglas del juego están causando problemas con los socios internacionales de la empresa, quienes originalmente invirtieron en Paraguay atraídos por un marco regulatorio que parecía claro y estable.
Fuente: El Nacional.
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