El debate sobre la inflación y el costo de vida en Paraguay ha tomado un nuevo giro con las recientes declaraciones de la Cámara Paraguaya de Supermercados (CAPASU). Mientras la entidad niega una tendencia al alza generalizada en los precios, los consumidores y algunos analistas reportan una realidad diferente en las calles.
Joaquín González, presidente de CAPASU, ha señalado que los datos manejados por la organización, basados en más de 10 millones de transacciones mensuales, no respaldan la percepción de un incremento continuo en los precios. Según González, si bien se observan variaciones debido a una inflación del 5%, estas fluctuaciones incluyen tanto subidas como bajadas de precios.
Sin embargo, la experiencia cotidiana de muchos ciudadanos paraguayos parece contrastar con esta visión. Numerosos consumidores reportan aumentos constantes y significativos en los precios de la canasta básica, así como en productos adicionales, en comparación con el año anterior. Esta discrepancia entre los datos oficiales y la percepción pública plantea interrogantes sobre cómo se mide y se interpreta la inflación en el país.
➡️Joaquín González, presidente de CAPASU, habló sobre la tenencia alcista en los precios de alimentos.
️»Lo que pasa es que, de repente, habilitan importación, sobre todo los productos de frutas y verduras, habilitan la importación, entonces baja el precio… pic.twitter.com/io7cAmOcJR
— Radio 780 AM (@780AM) July 16, 2024
La situación ha generado un debate más amplio sobre la metodología utilizada para calcular la inflación y el costo de vida. Mientras CAPASU se basa en datos de transacciones en supermercados, es posible que estos no reflejen completamente la realidad económica de todos los sectores de la población, especialmente de aquellos que realizan sus compras en mercados informales o tiendas de barrio.
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Este escenario pone de manifiesto la importancia de considerar múltiples fuentes de información al evaluar la situación económica del país. Por un lado, los datos estadísticos proporcionan una visión general y cuantificable, pero por otro, la experiencia directa de los consumidores ofrece una perspectiva cualitativa igualmente valiosa.
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La disparidad entre las cifras oficiales y la percepción pública subraya la necesidad de un diálogo más abierto y transparente entre las instituciones, los analistas económicos y la ciudadanía. Solo a través de un análisis integral que tome en cuenta tanto los datos estadísticos como la experiencia cotidiana de los consumidores se podrá obtener una imagen más precisa de la situación económica real en Paraguay.
Fuente: Megacadena
