La tensión entre el campo y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) ha alcanzado un punto crítico. Más de mil productores de San Pedro están listos para salir a las calles, exigiendo la renuncia del ministro Carlos Giménez, a quien acusan de abandonar al sector en medio de una devastadora sequía.
La crisis se ha gestado durante meses, con agricultores enfrentando cosechas reducidas y deudas crecientes. Antonio Cabrera, presidente de la Asociación de Productores Norteños, no escatimó críticas: “Estamos todos en Informconf y no tenemos posibilidad de tener créditos. El ministro ha demostrado su incapacidad”.
Las movilizaciones, programadas para iniciar con cortes de ruta frente a oficinas regionales del MAG, buscan una reacción inmediata del gobierno. Los productores demandan una línea de crédito de 15 millones de dólares para afrontar la próxima temporada de siembra.
La gestión de Giménez no solo ha afectado a los agricultores. Su relación con líderes departamentales, como los gobernadores Freddy D’Ecclesiis de San Pedro y Javier Pereira de Itapúa, se ha deteriorado significativamente, complicando aún más la situación.
La controversia se extiende a la política de contrataciones del MAG. Se reporta que más de 30 dirigentes afines a Giménez han sido incorporados a oficinas regionales, mientras que referentes de facciones opuestas dentro del partido Colorado han sido despedidos, alimentando acusaciones de partidización.
Cabrera fue enfático al respecto: “Esto se debe a la partidización del Estado. Todos los sectores están abandonados por el gobierno”. Esta percepción de favoritismo político en medio de una crisis agraria ha exacerbado el descontento.
Entre los funcionarios recientemente contratados se encuentran Lilian Abreu, Luis Cristaldo y Cristian Flecha en San Pedro Norte, así como Juan Verdún y Ricardo González en la oficina de la Agencia Local de Asistencia Técnica (ALAT) de Yrybucua, por nombrar algunos.
Los manifestantes argumentan que la falta de planificación y asistencia del MAG ha dejado al campo a su suerte. Con la temporada de siembra a la vuelta de la esquina, la urgencia por obtener apoyo financiero y técnico se ha vuelto crítica.
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La situación pone en jaque al gobierno de Santiago Peña, que deberá decidir entre respaldar a su ministro o ceder ante las demandas de un sector crucial para la economía paraguaya. La resolución de este conflicto podría marcar el rumbo de la política agraria en los próximos años.
Fuente: La Política Online