El senador Orlando Penner recibe hoy un pin del presidente de la República, Santiago Peña, bajo la mirada del titular del Partido Colorado, Horacio Cartes. ABC Foto: ANR
La reciente afiliación del senador Orlando Penner a la Asociación Nacional Republicana (ANR, Partido Colorado) ha puesto en evidencia, una vez más, la preocupante realidad del transfuguismo político en el Congreso paraguayo. Penner, uno de los fundadores del Partido Patria Querida y elegido bajo esa bandera en las elecciones generales de 2023, ha traicionado la confianza de los votantes al pasarse al partido de gobierno, apenas dos meses después de renunciar a su agrupación original.
El senador chaqueño justificó su renuncia a Patria Querida argumentando la necesidad de acercarse al oficialismo para impulsar proyectos de acceso al agua en las comunidades que representa. Sin embargo, esta excusa parece poco convincente y oportunista, especialmente si se tiene en cuenta que Penner no descartó un eventual traspaso al cartismo en entrevistas realizadas inmediatamente después de su renuncia. Su afiliación a la ANR, anunciada con bombos y platillos durante el cumpleaños del presidente del partido, Horacio Cartes, deja al descubierto las verdaderas motivaciones detrás de su cambio de bando.
Lamentablemente, Penner no es un caso aislado. En lo que va de la legislatura, un amplio número de congresistas electos por partidos opositores han acabado alineándose, oficial o informalmente, con los intereses del oficialismo cartista. Senadoras como Zenaida Delgado y Norma Aquino, del partido Cruzada Nacional, y Patrick Kemper, fundador del partido Hagamos, han seguido el mismo camino, traicionando la voluntad popular y debilitando la capacidad de fiscalización y contrapeso de la oposición.
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Este constante ir y venir de legisladores entre partidos no hace más que socavar la credibilidad del sistema democrático y la representatividad de las instituciones. Los votantes depositan su confianza en los candidatos y en los programas de los partidos políticos, esperando que sus intereses sean defendidos en el Congreso. Sin embargo, cuando los legisladores cambian de colores como si de una prenda de vestir se tratara, esa confianza se ve traicionada y la voluntad popular queda en entredicho.
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La afiliación de Orlando Penner a la ANR, y los numerosos casos de transfuguismo que la han precedido, son un triste recordatorio de lo mucho que aún queda por hacer para fortalecer la democracia paraguaya y garantizar una verdadera representatividad en el Congreso.
Fuente: ABC Color
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