En el marco de la 54ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en Paraguay, las delegaciones de Brasil, México, Honduras y Bolivia alzaron sus voces para exigir el fin del embargo económico y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba, una medida que ya supera las seis décadas de vigencia.
El subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de México, Joel Antonio Hernández, declaró categóricamente que “el embargo económico contra Cuba debe terminar ya”. Hernández criticó las acciones unilaterales que, en su opinión, violaron el derecho internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas, obstaculizando el desarrollo de los pueblos de la región.
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La secretaria general de Relaciones Exteriores de Brasil, María Laura da Rocha, se sumó a estas críticas, rechazando las “medidas coercitivas unilaterales que penalicen a las poblaciones de los países de la región”. Da Rocha cuestionó la justificación del embargo contra Cuba y su inclusión en una lista de países que promueven el terrorismo, destacando la colaboración activa de la isla en la promoción de la paz y la integración regional.
Bolivia, por su parte, expresó su rechazo “categórico” a cualquier calificación unilateral e injustificada de un Estado sobre otro. El representante boliviano ante la OEA, Héctor Arce, condenó específicamente la inclusión de Cuba en la lista de países que fomentan el terrorismo y se opuso a los bloqueos económicos que buscan provocar cambios políticos mediante la privación de los pueblos.
Honduras también se unió a este llamado colectivo. Roberto Ramos Bustos, representante hondureño, calificó el embargo contra Cuba como una “transgresión a los principios y normas contenidos en diversas convenciones internacionales”, incluyendo la propia Carta de la OEA. Ramos Bustos enfatizó la oposición de su gobierno a medidas unilaterales o bloqueos contra “pueblos hermanos”, describiéndolas como “inicuas y arcaicas”.
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Es importante señalar que Cuba, excluida de la OEA en 1962 y cuya exclusión fue levantada en 2009, manifestó no tener “ningún interés” en retornar al organismo. Sin embargo, la situación de la isla continúa siendo un tema recurrente en las deliberaciones de la Asamblea General.
Fuente: Última Hora.
